Los tanques de decantación en los que se hará el tratamiento del agua. | Marcelo Sastre

La puesta en marcha de la nueva depuradora de Ibiza se retrasará más de un año, según los cálculos de la empresa constructora, debido al descubrimiento de restos arqueológicos en el recorrido de las tuberías de impulsión. La puesta en marcha de la infraestructura pasaría de mediados de 2023 a finales de 2024, prolongando más de un año el uso de la actual depuradora, la más contaminante de Baleares.

En la mayor parte de los casi cinco kilómetros de recorrido de las tuberías se han encontrado zanjas de cultivo de viña de época fenicia. La empresa concesionaria de la construcción de la depuradora ultima el plan de excavación, que requerirá un incremento de presupuesto que implica nuevas tramitaciones administrativas.

Más de un millón de euros
Según indica el director de obra, César Talavera, en el proyecto existía una partida arqueológica de cierta relevancia, cerca de 100.000 euros, por si aparecían algún hallazgo arqueológico. Sin embargo la previsión se ha quedado muy corta. La aparición de restos arqueológicos en aproximadamente el 90% de la longitud del trazado de las tuberías de impulsión excede cualquier cálculo razonable.

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Talavera considera que excavar todo este terreno supondrá una modificación de contrato de más de un millón de euros, lo que implica una nueva tramitación administrativa para justificar el gasto y contratar los servicios que ejecutarán los trabajos.

Hasta ahora se ha excavado todo el recorrido de la red de impulsión hasta la cota en la que se encuentran las zanjas de cultivo. La arqueóloga debe entregar estos días el informe de incidencia. «Con ese informe se documenta lo que ha aparecido durante los trabajos de excavación y se propone un plan de actuación, es decir, cómo se va a llevar a cabo la excavación manual. El plan se presenta al Consell y Patrimonio debe autorizar la excavación».

Plan de excavación
El proyecto requerirá excavar algo más de cuatro kilómetros de los cerca de cinco que tiene la zanja para las tuberías de impulsión. La normativa de patrimonio obliga a excavar manualmente y documentarlo todo.

La empresa informa de que ha acabado de redactar el plan de excavación que ahora deberá aprobar el Consell.

Una vez excavados todos los hallazgos se documentan y lo que no es transportable y de escasa importancia se destruye (si lo autoriza el Consell) o si se encontraran estructuras de importancia habría que modificar el trazado, algo que no parece que se vaya a producir en este caso.

Una vez finalizados los trabajos arqueológicos continuará la excavación de la zanja para bajar hasta los tres metros de profundidad e instalar las tuberías.

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Los hallazgos transportables se trasladarán al Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera para su estudio y catalogación.

Otros inconvenientes
«La idea inicial era tener todo instalado en marzo de este año», apunta Talavera. De hecho, en varios puntos del recorrido hay zonas de acopio de material en las que se amontonan los tramos de tuberías que no se podrán colocar y conectar previsiblemente hasta 2023.
Talavera comenta que este imprevisto supone además un inconveniente importante para los propietarios de fincas a los que se ha expropiado temporalmente, dado que se prolonga el tiempo en el que no pueden disponer de sus terrenos. «Inicialmente eran seis meses de ocupación temporal y para aquéllos que usan los terrenos para algún negocio es un inconveniente importante».

Considera que si no es por motivo arqueológico el proyecto ya estaría encauzado.
El director de obra calcula en año y medio el retraso que se producirá. El cumplimiento de la legislación administrativa tiene unos tiempos y con ellos hace un cálculo aproximado de cabeza: «La tramitación administrativa del expediente de contratación de los trabajos será de unos seis meses más otros ocho meses de excavación y otros tres de documentación».
Mientras tanto, asegura que se avanzará el máximo posible en los trabajos de la estación de bombeo que se ubicará en la antigua depuradora y en la instalación de la maquinaria de la nueva depuradora de sa Coma, para que en el momento en el que concluyan los trabajos arqueológicos pueda finalizarse la infraestructura lo antes posible.

Trabajo avanzado
Junto al antiguo acuartelamiento militar de sa Coma se levanta la estructura de todas las construcciones que conformarán la nueva depuradora. Ahora son carcasas vacías, pero el director de obra indica que en seis meses tendrá un aspecto muy diferente.

El relleno, toda la maquinaria para el proceso de depuración, se empezará a instalar para que todo esté listo en el momento en el que se puedan iniciar los trabajos de instalación del trazado de impulsión.

Mientras tanto, se ultima algunos aspectos del terreno para que todo esté a la misma cota y están terminando de instalar las tuberías que recorrerán la zona en la que están los enormes depósitos en los que se irán filtrando y tratando las aguas residuales de la ciudad de Ibiza.

Un proyecto lleno de baches
Desde que se iniciaron los trabajos en 2017, varios han sido los inconvenientes que han supuesto retrasos en la obra.

En primer lugar fue la necesidad de modificar el trazado de las tuberías de impulsión de las aguas residuales debido a un informe desfavorable de Recursos Hídricos y la presentación de alegaciones por parte del Ayuntamiento de Santa Eulària. El diseño de un nuevo trazado implicó un procedimiento de expropiación de terrenos y 2,5 millones de euros más de coste.

El plazo para terminar las obras pasó de 2021 a 2023.
Este nuevo imprevisto implicará que la depuradora pueda empezar a funcionar a finales de 2024 o principios de 2025.

La actual depuradora de Ibiza vertió en 2020 6,08 hectómetros cúbicos de agua mal depurada al mar, el equivalente a 1.800 piscinas olímpicas. Abaqua aprobó en octubre unas obras de mejora que apenas supondrán un parche para una instalación obsoleta.