Una agricultora ecológica en su finca de Sant Rafel. | Daniel Espinosa

Un sector cada vez más joven, dinámico y con un importante peso de la mujer. Podrían ser las señas definitorias de alguna industria tecnológica, pero en este caso corresponden a las características más destacadas de la agricultura ecológica en Ibiza, según el Diagnóstico de la agricultura ecológica en las Islas Baleares, presentado recientemente por la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación.

En primer lugar, juventud. La media de edad de los titulares de fincas ecológicas se sitúa en los 45 años, frente a los 51 años de promedio en la Comunidad Autónoma. Se trata de un rasgo peculiar, si tenemos en cuenta que a nivel nacional la edad de los titulares de explotaciones agrarias supera los 60 años.

Además, en Ibiza más de un tercio son jóvenes agricultores, menores de 41 años. En el resto de islas los jóvenes agricultores apenas suponen un 20% del total.

La incorporación de jóvenes al sector agrario ha crecido en los últimos años en Ibiza, según informan también desde el Consell d’Eivissa. Este año han sido 39 las solicitudes de ayudas a jóvenes agricultores, de las que 20 fueron en ecológico. Por otra parte destacaron las nueve incorporaciones de agricultores a tiempo completo, lo que supone el triple de lo que era habitual en los últimos años. De ellos cinco son en ecológico y cuatro en no ecológico.

Pasando al segundo y tercer rasgos destacados, el informe revela que en Ibiza resalta el peso de las mujeres y la elevada formación de los agricultores profesionales en el sector ecológico.

El 34% de las explotaciones ecológicas de Ibiza están lideradas por mujeres, según la encuesta realizada en octubre de este año para elaborar el diagnóstico. En Formentera es el 30%, mientras en Mallorca y Menorca es el 24% y el 28% respectivamente.

Por otra parte más del 60% de los titulares de explotaciones agrarias tienen estudios universitarios o superiores, frente al 50% registrado en el resto del archipiélago. En general se trata de un dato muy destacable, según el informe, que sitúa a Ibiza muy por encima de la media, no sólo balear, sino también estatal y europea.

Un 10% en ecológico
La superficie dedicada en Ibiza a la producción ecológica mantiene su trayectoria al alza. En 2021 el Consell Balear de la Producción Agraria Ecológica (CBPAE) ha registrado 966,62 hectáreas destinadas a la agricultura ecológica o en proceso de reconversión, un 22% más que en 2020, cuando había 792 hectáreas registradas.

Esta extensión supone algo más del 10% de la superficie agraria útil (SAU) de Ibiza, que fue de 9.019 hectáreas en 2020.

El objetivo que fija la Unión Europea para 2030 es alcanzar el 25% de la SAU en ecológico.

Pequeñas explotaciones
La presidenta de la Asociación de Productores de Agricultura Ecológica de Eivissa y Formentera (Apaeef), Maribel Juan, celebró unos datos que reflejan el impacto del esfuerzo en materia de asesoramiento y cursos de técnicas agrícolas que promueve cada año la asociación para mantener actualizado al sector. Todo ello sin dejar de lado un interés creciente por parte de los consumidores hacia estos productos.

Por otra parte, apuntó que el hecho de que muchas mujeres y gente joven estén al frente de fincas «se convierte en un referente» que fomenta precisamente esta juventud e importante peso femenino en un sector tradicionalmente dirigido por hombres.
«Hace unos años la gente pensaba que no se podía vivir de la agricultura, ver que cada vez hay más gente que trabaja una finca y vive de ello se convierte en una referencia».

Quiso resaltar que en Ibiza se trabaja exclusivamente en pequeñas explotaciones, «cuesta mucho producir y no se puede comparar con la forma de trabajar de fincas de muchas hectáreas como las que hay en la Península o Mallorca».

Este factor supone un sobrecoste importante, que indicó que debe tenerse en cuenta a la hora de hacer políticas a nivel balear. «Las instituciones deben tener en cuenta el tamaño de las superficies agrarias en Ibiza y Formentera a la hora de plantear subvenciones o ayudas».

Reivindicó el potencial de la agricultura para convertirse también en motor económico. «Ahora mismo el turismo es el principal motor económico, pero hay posibilidades de que la agricultura pueda crecer para favorecer otro tipo de modelo».