Este proyecto, que apuesta por un espacio de consumo sostenible reutilizando bienes de segunda mano, persigue la inserción laboral de personas en riesgo de exclusión social. | Marcelo Sastre

Cáritas Ibiza terminó el pasado año desbordada por la crisis que provocó la pandemia. Este año la situación es un poco mejor, aunque la entidad sigue asistiendo a un gran número de ciudadanos que acuden a la ONG para recibir alimentos y otro tipo de ayudas. En 2021, unas 3.800 personas han sido atendidas en Cáritas Ibiza.

«Hemos asistido a un 10 por ciento menos de usuarios, lo cual ya es un logro. Es verdad que seguimos con números muy altos en relación a años normales. Hay muchas personas en la isla que siguen teniendo grandes dificultades», explica el técnico de la ONG, Gustavo Gómez.

Entre sus diferentes programas, el de entrega de alimentos sigue siendo el más demandado. En estos momentos, se mantiene con tres días de reparto a la semana y se completa con un sistema de tarjetas-monedero con las que los usuarios pueden realizar compras en supermercados de la isla.

En Navidad, los voluntarios tratan además de repartir dulces y juguetes entre los usuarios para que las fiestas sean también una época especial para ellos.

Gómez lamenta las dificultades que sigue habiendo en Ibiza con el tema de los alquileres, «algo con lo que no tenemos mucho margen de maniobra y no llegamos. Pagamos alguna ayuda puntual. También en el tema de suministros ayudamos a muchas personas que tienen que elegir entre comer o pagar el alquiler y el agua o la luz».

En positivo, el técnico resalta la colaboración que siguen recibiendo por parte de empresas ibicencas que han contratado a usuarios de la ONG: «Es importante que el tejido empresarial y económico de la isla se implique y sea consciente de su responsabilidad social».

Por último, el técnico lamenta que todavía hay en Ibiza muchas personas sin hogar o en situaciones habitacionales muy complicadas y reitera su petición de que el centro de Es Gorg sea pronto una realidad.

«Cuando vienen a Cáritas, les recibimos con un abrazo. No físico, por la situación actual, pero sí intentamos apoyarles», concluye.

El pasado año, Cáritas Ibiza dobló el número de alimentos repartidos entre sus usuarios. Si en 2019 llegó a entregar unas 100 toneladas de comida, en 2020 superó las 200. Gómez no oculta su preocupación por la llegada del nuevo año, consciente de que el primer trimestre suele ser el más complicado para las personas sin trabajo y con pocos recursos.

Cruz Roja
En Cruz Roja Ibiza también están a punto de cerrar un año en el que han trabajado «muy duro, aunque ha sido relativamente mejor que el 2020», según asegura la coordinadora insular Mary Castaño.

El número de usuarios atendidos va reduciéndose paulatinamente, pero todavía no se ha llegado a los niveles de asistencia que mantenían antes de la pandemia, lo que les hace estar en alerta, principalmente después de las Navidades, cuando suele complicarse la situación de muchas familias.

«La pasada temporada es ya como un espejismo. Día tras día aumentan las peticiones de ayuda para entrar en alguno de nuestros programas de ayuda y ello nos hace pensar que tendremos un mes de enero complicado y que febrero todavía será más difícil. Ya nuestra experiencia también nos lleva a pensar eso porque siempre ha sido de esta manera», relata Castaño.

De hecho, en estas últimas semanas Cruz Roja ha notado este incremento de peticiones de ayuda y si durante el verano pueden recibir unas 15 solicitudes semanales, en la actualidad están registrando unas ocho peticiones diarias.

La coordinadora destaca además cómo después de la pandemia se han diversificado los perfiles de los usuarios atendidos. Según asegura, «en 2020 cualquiera de nosotros era sensible a tener que pedir ayuda puesto que las situaciones que se daban eran muy diversas y durante el confinamiento prácticamente se paralizó toda la actividad laboral. Hay gente que no era habitual de los servicios sociales, pero siguen manteniendo una situación complicada que comenzó con la pandemia».

Castaño reconoce que también asisten a muchas personas en situación irregular, atendiendo además en una primera asistencia a los migrantes que son interceptados en las Pitiusas tras llegar en patera: «Trabajamos con aquellos que son extremadamente vulnerables la posibilidad de que entren en un centro de Cruz Roja de la península, por lo que les asistimos en los traslados una vez ha finalizado el periodo administrativo».
En su último balance de casos, Cruz Roja ha atendido este año 2021 a unas 800 familias de Ibiza, beneficiando a casi 2.000 personas con el reparto de alimentos. En el área de empleo, la ONG también ha ayudado a cerca de 600 usuarios a encontrar un trabajo.
Por otro lado, en su programa de asistencia a personas de extrema vulnerabilidad y a través de su unidad de emergencia social, Cruz Roja ha asistido a más de 350 usuarios sin hogar o residentes en infraviviendas de Ibiza.

Castaño destaca además otro dato: la ONG ha ofrecido en sus instalaciones más de 2.600 duchas a lo largo del año y ha acompañado y asistido a casi 900 mayores de la isla.
De cara al 2022, la coordinadora avanza que van a seguir desarrollando varios programas de asistencia a mayores y también a mujeres y, si es posible, tratarán de poner en marcha un punto de atención en la isla de Formentera.