Los castillos hinchables siempre son muy demandados por los niños de todas las edades. | Arguiñe Escandón

El martes abrió sus puertas con gran éxito de público Divernadal, una de las iniciativas más esperadas por padres y niños del municipio de Sant Josep cuando llegan los días de Navidad.

El lugar escogido es el polideportivo de Can Guerxo, junto al campo de fútbol Kiko Serra de Sant Jordi, y allí ha vuelto a demostrar que es sinónimo de éxito seguro. Si el primer día se acercaron hasta el lugar cerca del centenar de niños de entre 3 y 12 años, ayer la cantidad fue muy parecida.

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Buena parte de su éxito se debe a la fusión de varios talleres con castillos hinchables para distintas edades, coordinado todo por los monitores de la Escuela de Tiempo Libre y Animación S´Espurna. «Sinceramente creo que es la mezcla perfecta porque por un lado los pequeños sueltan grandes dosis de adrenalina con los castillos y por otro tienen tiempo para cosas más tranquilas, de forma manual, que luego te llevas a casa de recuerdo», aseguró ayer a Periódico de Ibiza y Formentera el técnico de Juventud de Sant Josep, Silverio Marín, Guisante.

Otra de las ventajas es que los coordinadores de los talleres intentan que ninguno se repitan durante los días que está abierto Divernadal. «Se busca que cada día descubran algo nuevo para que no surja la monotonía tan complicada que siempre hay desde los 3 a los 12 años y por eso se hacen elementos relacionadas con Navidad, con las piezas de almidón de patata Fischertips, con los imanes o con los llaveros».

Ideal para los padres
Incluso, el formato de Divernadal también viene muy bien a los padres.
Según Marín «para intentar reducir las aglomeraciones de los adultos» se les insta a que esperen en un lugar específico del polideportivo aunque también muchos se deciden por dejar a sus hijos allí durante un rato. «En todo momento los pequeños están muy controlados y se sienten seguros gracias al personal de S’Espurna y eso es muy bueno para que unos y otros tengan al menos un rato de tranquilidad tras tantas horas juntas», concluyó Silverio Marín.