Toni Tugores, ayer, llenando el depósito de su motocicleta. | Toni Planells

El precio de la gasolina, tras cuatro subidas al alza consecutivas en lo que va de año, ha batido los precios récord que alcanzó en septiembre de 2012, hace prácticamente una década.


En 2012 el precio que marcaba el máximo histórico de la gasolina era de 1,522 euros el litro. Esta última semana el precio medio medio alcanzaba ya los 1,52 euros el litro. Se trata del segundo valor más alto de la historia, según el Boletín Petrolero de la Unión Europea. A su vez, el precio del gasóleo también supera valores que no se registraban desde 2013, con una subida del precio medio hasta los 1,403 euros el litro.


Sin embargo estas cifras hablan de precio medio, y en las gasolineras ibicencas, durante el día de ayer, los precios pulverizaban las marcas históricas de 2012 y 2013 alcanzando los 1,689 euros el litro de gasolina ( 1,839 la de 98 octanos) y 1,595 el diesel en las gasolineras de Repsol. En las estaciones de Shell los precios por litro de gasolina y diesel eran ayer de 1,679 y 1,579 respectivamente, mientras que en las de Galp los precios eran de 1,649 euros el litro de gasolina y 1,549 el de diesel.


Escalada de precios
Mariano Matutes está al frente de Carburantes Ibiza. Pone a su sector como «el primero en lamentar estas subidas». Explica que «la cuenta de resultados se ve perjudicada debido a que, como es natural, la gente reduce el consumo de gasolina dentro de sus posibilidades. En nuestra actividad comercial tenemos comisión por litros, no por precio». Relaciona la subida de la gasolina con toda la escalada de los demás combustibles, «sube el gas, sube la electricidad y esto va en consonancia con este panorama, que espero que se estabilice pronto». Sin embargo no se muestra optimista, ni a corto ni a medio plazo, «creo que las petroleras continuarán subiendo los precios». Lo achaca al «agravamiento de la situación debido a la crisis de Ucrania: Los mercados internacionales se resienten y reducen las importaciones». Habla de los sistemas de extracción americanos, que «estaban paralizados y, a este precio ya empiezan a ser rentables», incluso se atreve a citar a «ciertos analistas» que predicen una «subida del precio del barril hasta los 120 dólares, lo nunca visto». Para dar perspectiva a estas predicciones recuerda que «en estos momentos el barril está a menos de 90 dólares, hace un año a 40. Una escalada incontrolada». Achaca esta escalada a «que esto pasa por transportar el petróleo por vía marítima y no a través de oleoductos». Como solución solo ve la implicación de los países productores, «que incrementen la producción y pongan más barriles en el mercado para regular los precios a la baja», y espera que la temporada turística de este año sea «lo suficientemente rentable como para poder afrontar esta serie de subidas».


En la estación Marge, su responsable, Juan Bautista Barrés confirma los argumentos de Matutes sobre los beneficios ligados al volumen de venta y no al precio del producto. Además asegura que «los precios nos vienen impuestos, no los fijamos nosotros».


El representante de los transportistas de Pimeef, José Raya, asegura que «es difícil repercutir esta subida del precio del combustible a los precios finales». Según un estudio elaborado desde el sector en Ibiza se cifra la subida en más de un 40% respecto a 2020 en las gasolineras ibicencas. Un precio que Raya asegura que «si se refleja en el precio final del servicio acaban viniendo otras empresas y bajan los precios». El empresario propone otro tipo de estrategias para lograr un ahorro en los costes, como «organizar una central de compras». «Hay cosas que preocupan más», asegura poniendo el foco sobretodo en «la falta de profesionales del transporte» pero también en «la, falta de seriedad y morosidad de algunos clientes».


Repercusión
Desde la Cooperativa Agrícola de Sant Antoni reconocen que la subida es considerable. Una subida que, por el momento, asumen los agricultores al no repercutirla al precio final de su producto. Sin embargo, de seguir esta tendencia, «no quedará más remedio que estudiarlo mejor», tal como reconocía el gerente de la Cooperativa Juan Antonio Prats.


No ocurre lo mismo con los pescadores, que ya se vieron obligados a repercutir la subida del combustible al precio del producto final, tal como explicaba el responsable de Peix Nostrum, Pere Valera. Una subida, «de entre ek 7 y el 10%, según el tipo de pescado», que se hizo efectiva el 1 de diciembre pasado que, tal como explica Valera, «refleja, no ¡solo la subida de combustible, si no la inflación y el precio de la energía». Una subida que no se había llevado a cabo desde 2012, cuando también hubo que subir los precios debido al precio del combustible.


Cúmulo de subidas
A pie de expendedor de gasolina, Marlene cuenta que «las cosas están como están y las subidas nos llegan por todos los lados. No nos llega, estamos hasta aquí», se queja poniendo la mano bajo la barbilla. Apunta a las subidas de todos los combustibles, de la cesta de la comida y demás, «empiezas a sumar y al final tendremos que hacernos pluriempleados para poder pagar todo». En su caso asegura tener «la suerte de no usar mucho el coche» y que su gasto en gasolina no pasa de los 60 euros mensuales, sin embargo explica que su marido «sí necesita el coche para trabajar, y esta subida supone un gasto extra, más de 100 euros». Toni Tugores llenaba el depósito de su moto, «ha subido muchísimo», observaba. Reconoce que que «por supuesto que me afecta la subida. Además sube y sube, pero después no llega a bajar nunca». También apunta a las demás subidas «entre la luz, el gas y la gasolina estamos bien fastidiados», zanjaba.


Jon es transportista profesional. Asegura que «antes le echaba 20 euros de combustible y me bastaba para trabajar toda la jornada. Ahora tengo que echar 30 para trabajar lo mismo». Explica que viene notando la subida «desde mitades del año pasado», y que su presupuesto en combustible ya llega a rozar los 900 euros mensuales. Un gasto extra que no siempre puede repercutir en el precio de su servicio, «hay clientes que me lo aceptan, pero en la mayoría de los casos es difícil subir las tarifas».