La documentación que ha cedido García Ninet y que ayer se presentó en el Arxiu d’Eivissa i Formentera es muy extensa. | Daniel Espinosa

Alfons García Ninet era el jueves una persona relativamente feliz. Por muchos motivos pero sobre todo porque por la mañana acudió al Arxiu Històric d’Eivissa i Formentera a presentar la gran donación de documentos que tenía en su poder relacionados con la figura del conocido pintor ibicenco Antoni Marí Ribas, Portmany.

Una donación enorme que además, tal y como explicó él mismo a Periódico de Ibiza y Formentera, coincidió con el día del nacimiento del pintor, un día de San Blas de 1906. «Los símbolos siempre son importantes en nuestra vida, nos recuerdan a cosas y nos hacen que sigamos vivos, y por eso me pareció una muy buena idea que la presentación coincidiera con un día tan importante a lo que Fanny Tur accedió encantada».

No en vano, una donación como la de García Ninet merece un gran reconocimiento. El amigo personal del pintor ibicenco y padre del poeta Manel Marí ha estado durante 45 años recogiendo documentación, archivos, carteles, cartas y cualquier cosa de aquel artista que le cautivó desde que le conociera por primera vez en 1960. «He tenido la suerte de ser su amigo, y descubrir en él a un auténtico genio de la pintura y del arte pero también a una persona humilde, cercana y sencilla que fue el gran maestro para muchos de los grandes pintores que vinieron después que él».

Documentación de gran valor

Una importancia que queda reflejada en buena parte de la documentación que se presentó ayer y que abarca desde 1964 hasta 1974, año en el falleció el pintor.

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Por ejemplo, ayer se presentaron 16 archivadores de su correspondencia con algunos de los personaje literarios y sociales más relevantes de su tiempo como el escritor Premio Nobel de Literatura, Camilo José Cela, el Marqués de Lozoya, el Marqués de Otero, Rafael Sáinz de la Cuesta o el conocido ilustrador y caricaturista Josep Costa Ferrer, Picarol. «Se carteó mucho con todos ellos, tanto que si hubieran expuesto todas las que tenía en mi poder no hubiera habido mesas suficientes en el Arxiu, pero todas ellas nos demuestran como era su trato y como hizo de guía mostrando y descubriendo para muchos de ellos una Ibiza que al final le enamoró y atrapó para siempre».

También destacan los cuadernos que donó Portmany a García Ninet y que ahora formarán parte del Arxiu Històric d’Eivissa i Formentera. «También son muy importantes porque nos demuestran que era muy ordenado y que lo apuntaba todo, y eso resulta básico para descubrir como era la vida en Ibiza en aquella época a través de detalles, por ejemplo, de lo que costaba un café en una terraza o comprar un kilo de patatas en una tienda».

Otro aspecto a destacar son los programas de mano, los recortes de prensa o los carteles de las exposiciones en las que participó o colaboró, tanto dentro como fuera de Ibiza. «Hay muchísimos y en este caso nos sirven para comprobar la importancia y relevancia de si figura y comprobar que si hubiera nacido en una gran ciudad o hubiera tenido un carácter y un trato menos humilde o menos austero seguro que hubiera tenido un reconocimiento mucho mayor del que realmente tuvo como nexo de unión entre la tradición paisajística, el retrato o la pintura urbana y los más modernos que vinieron después», se lamentó García Ninet.

Un paso en el camino

El experto aseguró que con esta donación «no se cierra un círculo sino que se abre un nuevo paso en un camino en el que aún hay mucho que recorrer».

Afortunadamente, gracias a su trabajo y generosa donación el archivo del Ayuntamiento de Ibiza, dirigido por Fanny Tur, se convierte en el espacio que mejor y mayor documentación tiene sobre la figura del reconocido pintor. Algo que para García Ninet, es un sueño cumplido. «Yo resido desde hace años en Valencia y desde la Facultad de Bellas Artes de la Universitat Politécnica de Valencia se me propuso donar esta colección para que formara parte de su fondo documental y así que tuvieran ellos una colección importante aprovechando que allí da clases el catedrático ibicenco Guillem Ramon, pero siempre tuve claro que el único y verdadero hogar era Ibiza donde puede ser consultado por todo aquel que desee saber más sobre una figura de la que, desgraciadamente, aún hay demasiado desconocimiento en Ibiza»