Una de las zonas más caras de la isla, en el paseo Juan Carlos I de Vila. | Toni Planells

La vivienda continúa siendo uno de los problemas que más ahogan a quienes viven en las Pitusas. No en vano, el precio de la vivienda ya se ha convertido en un factor que incluso afecta directamente a las instituciones, tal como denunciaba el diputado ibicenco Miguel Jerez, que apuntaba hace unas semanas en Periódico de Ibiza y Fomentera que los funcionarios destinados a Ibiza encontrarán «enormes dificultades» si no se toman «medidas urgentes» para paliar los efectos «del elevado precio de la vivienda, de la energía, la inflación y el sobrecoste generado por la propia insularidad». Así, al funcionariado no le salen las cuentas a la hora de residir en Ibiza frente a otros destinos. Como a cualquier otro ciudadano de a pie que decida residir en las Pitiusas, la labor de buscar una vivienda digna y asumible con un sueldo medio se convierte, más que en un reto, en una quimera.

Consuelo Antúnez, presidenta de la Asociación de Construcción y Derivados de Ibiza y Formentera de la Pimeef, encuentra la explicación al alza de los precios de la vivienda en «los costes más caros a la hora de traer los materiales desde fuera». Reconoce que «desde hace unos seis o siete meses ha subido el precio de todo, más o menos, un 20 %», debido a la incertidumbre derivada de los episodios de desabastecimiento. «Ahora nadie da precios cerrados a más de siete días», lamenta, circunstancia que no descarta que provoque un encarecimiento todavía mayor de la vivienda de nueva construcción. Otro factor al que apunta Antúnez es «la tardanza a la hora de conceder las licencias», que cifra en una «media de 26 meses de espera en cualquier ayuntamiento de la isla», mientras que «en otros ayuntamientos sin más personal que los nuestros se agilizan mucho más los trámites».

Es por ello que espera «más voluntad política» en este sentido. Tras los prácticamente dos años desde la llegada de la pandemia, la representante de los constructores reconoce que han estado trabajando con normalidad. Apunta que han notado un aumento de los trabajos de reforma respecto a los proyectos de nueva vivienda: «Prefieren comprar y reformar a construir desde cero».

Jeffrey Fernández es el delegado en Ibiza y Formentera del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria y también de la Asociación API Baleares. Sobre la subida de precios de la vivienda, considera que «se debe a un cúmulo de factores». Entre ellos, se refiere a la subida «bárbara» de los precios de los materiales, que encarece la vivienda de obra nueva. Una subida de precios que «se contagia como si fuera el Covid, tanto a la vivienda de segunda mano como al alquiler». Otro de los factores sería la limitación del espacio en Ibiza y la dificultad a la hora de construir nuevas promociones, junto a la alta calidad de vida que se disfruta en Ibiza, lo que eleva la demanda.

Sobre si estos precios han llegado a tocar techo, no se atreve a pronunciarse por miedo a equivocarse: «La previsión es que se estabilice en los próximos meses, pero nunca se sabe». Asegura que el precio medio de la vivienda en Ibiza es difícil de calcular por las diferencias entre distintos lugares. «Lo más demandado es Vila y sus alrededores, donde no encuentras un piso de tres habitaciones por menos de 300.000 euros. En Botafoch el metro cuadrado puede rondar una media de 5.000 euros», señala.

La llegada de la crisis sanitaria, para este sector en Ibiza, no ha llegado a suponer grandes pérdidas: «El alquiler bajó durante unos meses, pero se estabilizó enseguida». En cuanto a la descompensación entre los precios de vivienda en Ibiza con respecto a los salarios y subidas de precio, Fernández reconoce que «se está yendo gente de Ibiza, con los ocho apellidos ibicencos, porque les sale más rentable vivir en otro lugar, y en algunos casos sacarles rentabilidad a sus viviendas en Ibiza». Las soluciones, según Fernández, deberían «ser transversales, teniendo en cuenta varios factores y no a base de parches». Señala también que las grandes plataformas inmobiliarias «distorsionan la realidad del mercado» al ofrecer su espacio de manera gratuita a particulares y «supuestos particulares», lo que les permite «hinchar el precio, ya que no pagan comisión».

Uno de estos portales inmobiliarios es Idealista.com, uno de los principales en su sector. Cuenta con un catálogo de 3.149 viviendas a la venta en Ibiza. La vivienda más cara de este portal en Ibiza se encuentra en Santa Eulària: 10 dormitorios, 10 baños y seis aseos en una finca con 350 olivos por 13.900.000 euros. Para búsquedas más humildes, la primera vivienda en la lista por precios más baratos es un estudio en Sant Antoni, de 37 m2 por 87.000 euros. «Ideal como inversión ya que es muy fácil de alquilar», reza el anuncio.

La recomendación del vendedor del estudio en Sant Antoni da pistas sobre la rentabilidad del alquiler en Ibiza. No en vano, la vivienda más barata para alquilar durante todo el año que se puede localizar en este portal es un estudio de 30 m2, también en Sant Antoni, por 650 euros al mes, con una fianza de dos meses. Hay que tener en cuenta que, durante la temporada de invierno, existe una oferta de viviendas que solo están disponibles al precio ofertado hasta la llegada del verano.

La opción de alquilar una habitación y compartir vivienda es a la que muchos no les queda más remedio que recurrir. En este sentido, los precios parten de entre 300 y 500 euros hasta llegar a los 1.500 que se llegan a pedir por una de las cuatro habitaciones de un piso en Sant Antoni, en la plataforma idealista.

En las redes sociales también se pueden localizar numerosos grupos en los que se ofertan tanto habitaciones como viviendas de alquiler, sin que los precios lleguen a variar sustancialmente respecto a los mencionados: habitaciones por 450 euros, pisos modestos por 1.100 y la recurrente condición de «solo para los meses de invierno» en las ofertas más asequibles.

Según las estadísticas de este portal inmobiliario, el precio medio por metro cuadrado en Ibiza el pasado mes de diciembre es de 5.009 euros para la compra y de 10,3 euros al mes para el alquiler, un 3,2 y un 3,8 % más que en diciembre de 2020.

Desde la inmobiliaria Ibiza-Casa, Franziska Indorf confirma que, tras la llegada de la pandemia, «ha subido mucho el interés por la compra de casas en Ibiza», y que, «como ha subido la demanda, el precio también ha subido». Esta inmobiliaria, más enfocada en la venta que en el alquiler, pone como ejemplo de la subida de precios que «hace pocos años podíamos tener alguna vivienda por 90.000 euros», mientras la vivienda más barata que había en su catálogo a día de hoy alcanza los 250.000 euros. Se trata de un apartamento de un dormitorio en Cala Tarida.

Esta es una de las zonas que Indorf enumera como «más asequibles» dentro de la isla junto a Portinatx, Cala Vedella o Cala de Bou. Por otro lado, la vivienda más cara que tienen a disposición de sus clientes es una villa de lujo en Sant Miquel por nueve millones de euros. No se atreve a indicar las zonas más caras: «Depende de la casa en sí, no solo de la zona». Por la misma razón, tampoco se aventura a dar un precio medio por metro cuadrado: «Es prácticamente imposible dar una cifra exacta. Cada casa es un caso distinto». Usa como referencia el «mercado del arte», ya que «hay factores que influyen en cada una de las casas: el arquitecto, la calidad de los materiales, etcétera».

Abusos e irregularidades en el alquiler de viviendas

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La organización de consumidores y usuarios de Baleares (Consubal) alertó la semana pasada del incremento de «abusos e irregularidades» en los últimos meses en contratos de alquiler de viviendas.

Según el presidente de Consubal, Alfonso Rodríguez, «ha aumentado de manera alarmante» el número de consultas relacionadas con problemas en los arrendamientos de viviendas.

Por ejemplo, Consubal explicó que se están dando casos de propietarios que exigen, además de dos meses de fianza y el mes de alquiler, un pago correspondiente a un mes de alquiler en concepto de gastos de agencia, a pesar de no intervenir ninguna agencia de forma directa.

También ha mencionado que hay propietarios que requieren «condiciones imposibles para la mayoría de los arrendatarios», como tener contrato fijo, nóminas superiores a los 1.500 euros mensuales o prohibir cualquier tipo de mascota.

Igualmente, la organización de consumidores ha lamentado que, aprovechando la escasez de oferta, haya propietarios que incluyen «cláusulas abusivas que rozan la ilegalidad», como asumir por parte del inquilino gastos que no le corresponden o impedir la domiciliación de los suministros (electricidad o agua), «cobrando el propietario dichos servicios sin justificar la veracidad de los importes». «Son muchos los arrendatarios que han de asumir el mantenimiento de la vivienda, sus servicios, instalaciones y enseres como termos o electrodomésticos, a pesar de ser muy antiguos o encontrarse en mal estado», denunciaba la organización.

Otro de los abusos que se están detectando es el cobro de una cantidad fija para gastos comunitarios, sin que se demuestre la veracidad de las cuantías.

En este contexto, Rodríguez ha criticado «la escasez de medidas, por parte de las administraciones, para paliar el grave problema de la vivienda en la comunidad y el insuficiente número de viviendas en alquiler puestas en el mercado por las administraciones, lo que conlleva una nula incidencia en la regulación de los precios».

Rodríguez puso el foco en que durante los últimos años se han construido «menos de 500 viviendas en una comunidad que necesita en torno a las 10.000 para nivelar la demanda».

El precio de la vivienda en Baleares aumentó un 8,2 % en diciembre respecto a 2020

La vivienda se ha encarecido un 36,2 % en las Islas desde febrero de 2015, momento en que el valor medio en España tocó su mínimo en la crisis financiera e inmobiliaria, por delante de las capitales y grandes ciudades, que se han revalorizado de media un 34,7 % .

El precio de la vivienda nueva y usada ha experimentado en diciembre en el conjunto de Baleares y Canarias un incremento del 8,2 por ciento respecto a diciembre de 2020, según las tasaciones analizadas en la estadística Tinsa IMIE General y Grandes Mercados.

La costa mediterránea (+12,5 %) y las Islas (+8,2 %) destacan en diciembre como los grupos que más se encarecieron en tasa interanual, seguido de las áreas metropolitanas y de las capitales y grandes ciudades, ambas en torno al 7 % de incremento, y los municipios más pequeños de interior, agrupados en ‘Resto de municipios’, donde la subida del precio medio en el último año es del 5,9 %.

La directora del Servicio de Estudios de Tinsa, Cristina Arias, explicaba que la demanda ha continuado invirtiendo parte de sus ahorros en el mercado residencial, impulsada por las nuevas necesidades de vivienda descubiertas durante el confinamiento y por los tipos de interés «históricamente bajos» que animan las decisiones de compra en un entorno de incertidumbre sobre la inflación.

Por el lado de la oferta, la construcción de nuevas viviendas se sigue reactivando de forma prudente en un escenario de costes de construcción al alza.

Según Arias, el número de visados acumulados durante el año se aproxima a niveles previos a la pandemia y el número de viviendas iniciadas se va incrementando», apunta Arias, que, por el lado de la demanda, destaca la aparición de nuevas variantes del virus y la persistencia de la inflación como principales riesgos que pueden reducir la confianza del consumidor y deteriorar su poder adquisitivo.