El agente de la Policía Local de Santa Eulària José López en las inmediaciones del Grupo Prensa Pitiusa. | Daniel Espinosa

La cantidad de premios y reconocimientos recibidos por José López (Granada, 1955) es impresionante. Con ellos, se ha querido destacar la labor de este policía local en Santa Eulària, ya jubilado, que ha dedicado parte de su vida a la educación vial. Respeto a los demás, conocer bien las normas y señales y no ser egoístas en la carretera, son cuestiones básicas que todo conductor debería aplicar.

— ¿Cómo se convirtió en educador vial?
—Comencé a trabajar como policía local en 1981 y empecé a asumir todo el tema de los accidentes. Me di cuenta de que ahí fallaba algo, por lo que pensé que tenía que incidir en la educación, enseñar y educar a los futuros conductores porque los niños son el futuro y hay que actuar sobre ellos.

—Entonces fue un comienzo totalmente casual.
—Sí, antes de entrar en el cuerpo actuaba como cualquier conductor. Tenemos asumidos ciertos roles, pero no pensamos en por qué se producen los accidentes.

—¿No le costaría sacarse el carné de conducir?
—Lo saqué fácilmente. Mi padre tenía un taller y vehículos a mano siempre tuvimos.

—Para ser un buen conductor, ¿necesariamente se necesitan años de práctica?
—La educación vial, hoy en día se mira de diferente manera. Antes se basaba todo en las normas y el buen conductor era aquel que sabía muchas normas y sabía manejar, llevar el coche. Ahora todo ha cambiado y con los años nos damos cuenta de que, además de conocer las normas, saberlas y cumplirlas, hay que ser consciente, educado, respetuoso y tener valores como persona. Además, desde la perspectiva del riesgo debemos valorar aquello que se está asumiendo al conducir un vehículo.

—Dice que hay que saberse las normas, pero seguramente muchos conductores actuales no recuerdan determinadas señales o reglas.
—Quien obtiene un carné de conducir, como ya lo tiene, ahí se queda la cosa y no se preocupa de nada más. En el examen tampoco se exige saber de todo y con que aciertes un mínimo de las preguntas que te van a tocar. Después habría que continuar aprendiendo. Además, hoy en día los exámenes son tipo test y es cuestión de ir memorizando preguntas y respuestas. Eso es aprender para el examen pero no para conducir. El aprendizaje debe durar toda la vida, es continuo, y deben conocerse las normas que van saliendo o que van cambiando.

— ¿Cómo conducen los ibicencos y formenterenses?
—No diferimos mucho del resto en relación a Europa. Tenemos más o menos los mismos problemas, aunque en Ibiza, por ser la isla como es y por nuestra manera de vivir, tenemos algunos otros. Además, nos sabemos de memoria todas las calles y los sitios, y no es bueno porque conducimos de manera automatizada y el día que nos cambian alguna cosa, nos despistamos más y es motivo suficiente para tener después accidentes de tráfico.

—¿Aceptó bien el sistema de puntos?
—Al principio fui un poco reacio porque no sabía si iba a ser bueno. Con el tiempo se ha visto que sí, aunque van a producirse algunos cambios porque hay que modificar algunas conductas, sobre todo las más graves, y me parece bien. Soy de la idea de que, en relación a algunas sanciones, deberíamos ser un poco más duros. No solamente con el tema de las infracciones administrativas, sino también penales. Algunas infracciones deberían estar más castigadas.

— El estado de las carreteras también influirá a la hora de evitar accidentes viarios.
—Hay varios elementos fundamentales en relación al tráfico. Uno es la persona, que es donde más incidimos porque es el responsable de lo que ocurre, pero otro elemento es la vía. Es primordial que esté en buen estado, bien señalizada, y con los mejores elementos de seguridad. Todo lo que exista, hay que aplicarlo. Además, hay que tener en cuenta los vehículos, mucho más seguros que antes. Lo que no podemos cambiar es el ser humano, que tiene unos límites. Si se hace una buena carretera, no es para correr más; es para ir más seguro, pero a la mínima velocidad posible. A veces es complicado que las personas entiendan algunos aspectos de la conducción.

— El pasado octubre organizaron en Santa Eulària unas jornadas estatales muy importantes.
—Llevábamos desde 2016 queriendo celebrarlas. Es un evento muy importante porque pertenezco a la organización nacional de técnicos de seguridad vial y cada dos años se celebran en sitios distintos. Creé una asociación precisamente para poder organizar las jornadas. Se reúnen en ellas quienes más trabajan en temas de educación vial y cada uno actúa en su territorio correspondiente, sacando las mejores conclusiones posibles. Después hacemos partícipes al Gobierno y, si lo creen conveniente, adoptan medidas.

— ¿Qué suelen consultarle los más jóvenes?
—Al no tener experiencia, no pueden determinar ºqué es el riesgo o cuál es una velocidad adecuada. Lo triste es que a veces se dan cuenta de que una velocidad es peligrosa cuando ya han tenido el accidente. Hacen preguntas interesantes y trato de que tengan valores viales como el respeto o las normas de convivencia.

— ¿Son conscientes de los peligros de conducir bajo los efectos del alcohol o drogas?
—Los jóvenes sí, pero hay muchas personas de mediana edad que aún siguen comportándose mal con el alcohol. Son bebedores de hace años y es difícil que no cojan el coche. Además, en Ibiza es tremendo el consumo de drogas, pero no solamente entre conductores.

— ¿Qué mensaje final diría a la sociedad pitiusa?
—Que reflexionara, que respete a los demás, así como las normas y señales que se han hecho para que no ocurra nada. Además, no hay que ser egoísta porque a veces lo que nos mata es ese egoísmo, querer ser los primeros, correr el que más.