Un cliente echa un vistazo al stock de bicicletas nuevas en una tienda de Vila. | Toni Planells

El sector de la bicicleta ha sido uno de los más afectados tras la llegada de la pandemia. En este caso de manera positiva, al ver como se han ido multiplicado las ventas tras el desconfinamiento y hasta llegar al punto de romper stocks y de desabastecimiento de piezas. Esto ha llevado a un aumento de precios y a la reactivación de la venta de bicicletas de segunda mano.

Xicu Serrano regenta IbizaSports y reconoce que la llegada de la pandemia «nos ha ido de lujo, todo hay que decirlo». Explica que «también tuvimos que cerrar en su momento, como todos, pero en cuanto han empezado a venir turistas nos ha ido mejor que nunca». En IbizaSports se dedicaban al alquiler pero, «al salir del confinamiento vimos que había mucha demanda en cuanto a mecánica, bicicletas nuevas y de segunda mano. Al ver que no había alquileres normales decidimos cambiar el enfoque del negocio y dedicarnos a vender bicis». De esta manera asegura que durante 2020 pasaron «de vender cinco o seis bicis a vender 60 en pocos meses. Desde entonces empezamos a ofrecer servicio de taller y de tienda, sin dejar de ofrecer bicicletas en alquiler como hemos hecho siempre. Ahora lo hacemos todo».

En cuanto al alquiler de bicicletas, Xicu afirma que «desde la llegada del Covid, con el cierre de las discotecas, ha cambiado el perfil de gente que viene, más sana que prefiere ir en bici a la playa y hacer deporte. Además muchos, por miedo al contagio, no cogen el bus y prefieren ir en bici». De esta manera Serrano se muestra encantado con el nuevo perfil de turista que atiende desde su local en pleno corazón de Sant Antoni «mucho holandés y mucho belga, mucho turista interesado en un turismo sano». Por estas razones animan a «invertir más en turismo activo».

Xicu en su casa de alquiler y ahora tienda de bicicletas. Foto: Toni Planells.

Boom de ventas

Toni Martí, al frente de La Bicicleta, es uno de los veteranos del sector en Ibiza con 46 años de experiencia. Los años de tratos con diferentes distribuidores le han permitido tener una gran cartera de ellos. También un trato y una confianza que les lleva a «llamarme y decirme: oye que tengo 20 bicicletas. Entonces les digo que me las manden y no me suele faltar stock», asegura.

Vende bicicletas nuevas, accesorios y repara. También bicicletas de segunda mano que después también vende, «ahora mismo tengo entre 100 y 150, y cuando llega la temporada no me duran ni una semana», explica. En cuanto al impacto de la pandemia en su sector no duda calificarlo: «Ha sido la hostia». «No te puedes imaginar la cantidad de bicicletas que se vendieron tras el confinamiento».

También explica que la llegada del patinete «está desplazando a la bicicleta», entiende que «es más práctico para quienes tienen que coger el autobús, ocupa menos y lo puedes subir».

En No Costa Tant, tanto su responsable Toni Costa, como el empleado al cargo, Christian, explican que la llegada de la pandemia supuso, «primero el parón que sufrimos todos, y después llegó un boom».

Reconocen que la falta de previsión provocó una rotura de stock, «como en todas las tiendas del sector», que llevó a una subida considerable en el departamento de reparación. Sobre los precios apuntan a que han subido, «la que antes valía 350 euros, ahora puede valer 500», pone como ejemplo Christian, que también asegura que el tiempo de espera para recibir componentes se ha alargado considerablemente, «para un desviador de cambios te dicen que hay que esperar hasta marzo de 2023».

Aunque el empleado apunta a que la subida de la venta de bicicletas de segunda mano está aumentando el número de robos para después venderlas a través de las redes, Toni asegura que «esto ha pasado toda la vida» y no relaciona la subida de este tipo de delitos con las nueva realidad que ha traído la pandemia.