«La palabra discapacidad es la que más odio en el mundo»

Este viernes tuvieron el privilegio de asistir un numeroso grupo de estudiantes de 4º de ESO y 1º de Bachillerato de este centro de la ciudad de Ibiza y que vivieron en primera persona como afronta el deporte una persona que tiene algún tipo de discapacidad. Todo con el objetivo de «concienciarles en lo necesario que es lograr la inclusión de alumnos con y sin diversidad funcional en los planes educativos de la asignatura de Educación Física».

Jugar al goalball no es una tarea fácil porque hay que saber dónde va dirigida una pelota solo por el sonido que genera. Foto: Daniel Espinosa.

No en vano, según explicó este viernes por la mañana el propio Costa a Periódico de Ibiza y Formentera, sus más de 25 años de experiencia trabajando en esta materia le han llevado a entender «que la inclusión deportiva en el aula resulta fundamental como medio de contribución y fomento al desarrollo personal y formativo tanto de los estudiantes como de todos los profesores que les dan clase en su día a día».

El programa Somos especiales poco a poco se ha ido haciendo un hueco en la comunidad educativa de Ibiza cosechando un enorme éxito. Así, por ejemplo, durante este curso escolar 2021-2022 está previsto que participen siete institutos de enseñanza secundaria de Ibiza de los 14 que hay en la isla y un módulo de Formación Profesional que pertenece a l’Escola d’Arts d’Eivissa. Incluso, en enero de este año superó las fronteras de las Pitiusas llegando hasta el IES Binissalem de Mallorca.

Con todo ello, según aseguró Vicent Costa se habrán visto beneficiados desde que se puso en marcha hace ya seis años un total de 3.950 alumnos de los ciclos de Primaria, ESO, Bachiller y Formación Profesional. Además, la intención de su promotor es segur esta cantidad ya que se ha empeñado en llegar a todos los institutos de la isla durante los próximos dos años.

Vicent Costa, en el centro, se involucra en todo momento en los partidos de goalball, siendo uno más del equipo. Foto: Daniel Espinosa.

Teoría y prácticas divertidas

Vicent Costa transmite sus ideas de forma totalmente gratuita y altruista a través de dos jornadas dinámicas y divertidas, de carácter teórico y práctico, y que están adaptada s a los grupos a quienes van dirigidas.

Están divididas en varias partes. La primera, consiste en una charla que está dirigida a cada grupo y que tiene como finalidad que los estudiantes entiendan «que en nuestro día a día no hay personas discapacitadas ya que todo el mundo puede acabar practicando deporte y porque los límites nos los ponemos cada uno de nosotros».

La segunda parte consiste en «una serie de juegos deportivos que están al alcance de todos y que sirven para que los propios estudiantes se pongan en la piel de una persona que tiene algún grado de diversidad funcional y sepan los problemas a los que se enfrentan en su día a día y, sobre todo, cuando quieren practicar algún tipo de deporte.

Otro de los aspectos más importantes de la iniciativa es que los estudiantes se ponen en la piel de personas con diversidad funcional. Foto: Daniel Espinosa.

Finalmente, la tercera y última pata de estas sesiones son unos partidos de goalball, el único deporte paralímpico que se ha creado hasta el momento para personas con deficiencia visual, y en la que Costa se involucra sin parar de jugar en todo momento con los estudiantes.

Por otro, Somos especiales también tiene como gran aliciente la amplia experiencia de Costa en este campo. Algo que transmite a los distintos profesores de Educación Física aportándoles una serie de métodos de trabajo que, según sus palabras, «pueden ayudarles para que si en un futuro tienen en clase algún estudiante con diversidad funcional no se establezcan barreras sino que todos sus compañeros, sin excepción, se sientan aceptados e incluidos».

Múltiples beneficios

En los seis años que lleva trabajando y difundiendo el programa Somos especiales Vicent Costa asegura que se han conseguido múltiples beneficios.

Los alumnos adquieren consciencia de los problemas a los que se enfrenta una persona con diversidad funcional. Foto: Daniel Espinosa.

Por ejemplo, Vicent Costa asegura que tras recibir la charla y practicar activamente en los juegos, los estudiantes «demuestran tener mayor sensibilización y concienciación sobre el mundo de la discapacidad». Además, se ha conseguido «que tenga más visibilidad el entorno del deporte adaptado, demostrando al mismo tiempo que toda barrera se puede superar si conseguimos educar en la diversidad, el respeto de las diferencias, la solidaridad, y la igualdad de oportunidades en el contexto escolar».

Incluso, este educador y deportista que asegura con una gran sonrisa que las dos palabras que más odia en la vida son normal y discapacidad, está convencido de que «se está consiguiendo fomentar desde un carácter lúdico y divertido otros valores igualmente importantes como son la igualdad, el respeto, la tolerancia, la empatía y la no discriminación».