Imagen del muelle de Levante sin megayates.

El sector de consignatarios del puerto de Ibiza tiene serias dudas de que la Autoridad Portuaria de Baleares (APB) tenga adjudicada la concesión de grandes esloras del muelle de Levante para esta temporada estival. Fuentes del sector recordaron que todas las ofertas de las empresas que pugnan por esta licitación conllevan una serie de «mejoras», que se traducen en obras que, por mucho que se realizara la adjudicación en los próximos días, no estarían listas para poder dar el servicio este verano. «Si lo hubieran adjudicado en noviembre o en diciembre, hubieran tenido un margen para empezar a operar en junio, pero ya se ha echado el tiempo encima», apuntaron.
Insistieron a su vez en que «no es normal» que el ente portuario lleve más de año y medio para resolver el concurso, cuando se debería hacer «en uno o dos meses». «Ahora la APB es todo miedos por los casos que tienen abiertos en la justicia, por eso parece que se lo están mirando todo con lupa», añadieron.
Asimismo, acusaron al organismo de hacer una «mala gestión» de un «espacio público» ya que están dejando de ingresar una importante cantidad económica por esos espacios de amarre. «Eso es algo inadmisible», recalcaron desde el sector, «porque si tienes un espacio quieres producir, y no tenerlo vacío perdiendo millones de euros al año». «Hay que recordar que es un ente público, que al final ese dinero se revierte también en la isla de Ibiza en inversiones», indicaron.

Inoperancia de la APB
Otro de los aspectos que criticaron es que la inoperancia de la APB a la hora de contestar a las peticiones de los consignatarios cuando alguno de sus clientes solicita atracar en el puerto. Y es que, la figura del consignatario es la que utilizan las naves extranjeras para que ejerza de representante de la embarcación ante el organismo público. «Nosotros realizamos una solicitud de espacio, algo que, con los medios que hay en la actualidad, debería ser casi inmediato». Sin embargo, la APB «se está tomando 15 días para contestarte si puede o no puede entrar el barco». Un plazo este que, en un principio, era de un mes «pero, tras una reivindicación que realizamos en una reunión con presidencia, conseguimos reducirlo a la mitad». Esta tardanza supone que, en la mayor parte de las ocasiones, «el barco cambie de opinión y se vaya a otra parte».
Los consignatarios insistieron en que, con una empresa gestionando los amarres, el trámite resulta «casi inmediato».
El hecho de que, un verano más, el puerto de Ibiza pueda quedarse sin la presencia de grandes yates, no sólo afectaría a las cuentas de los consignatarios, sino que supondría un gran perjuicio económico para otros sectores. «La gente no se da cuenta de lo que implica un barco de estas características para la ciudad, de cara a restaurantes, comercios, mercados, lavanderías... todo», subrayaron fuentes de los consignatarios del puerto. «Tienen un gasto impresionante y no sólo en el sector del lujo, porque también hacen gasto los tripulantes, y una embarcación de estas características tiene, como mínimo, entre 20 y 25 tripulantes».
Finalmente, recordaron que el sector del barco de lujo tiene un circuito, que se ha ido creando a lo largo de los años, que pasa por Mónaco, Saint-Tropez, Mikonos y algunos puertos de Italia. «Conseguimos incluir a Ibiza en este circuito», recalcaron los consignatarios, «y por la dejadez de la Autoridad Portuaria podemos dejar de estar en él».