Decenas de vecinos se paran en los distintos puestos artesanales emplazados en el Puig de Missa. | Irene Arango

Más de medio centenar de vendedores se dieron cita en el Puig de Missa para mostrar sus trabajos, junto a los puestos de comercio y ecologistas que también aprovecharon la jornada soleada de ayer en Santa Eulària. En total, más de 60 expositores entre artesanos, productores locales y entidades colmaron de productos autóctonos de Ibiza la zona.

Antes de alcanzar las primeras paradas payesas, el vendedor Juan Tur empezó a concentrar la atención de la muchedumbre que ayer se dio cita en la Feria Artesanal de esta localidad. «Hay que darles una medalla a todos los abuelos que han venido hoy –refiriéndose a ayer– porque son muy valientes», explicó Tur.

Cabe recordar que este año, dada la incertidumbre sobre las medidas sanitarias, el Ayuntamiento de Santa Eulària no invitó a artesanos de otras islas. «Somos menos expositores por la situación actual, pero la asistencia está siendo un éxito», puntualizó. En este sentido, explicó que tanto las hierbas ibicencas como la mermelada de guindilla, expuesta en el tablero, son productos que se han cultivado y elaborado artesanalmente por ellos mismos.

«Todo lo que ves en esta feria es marketing pagès, lo mejor de la isla», señaló mientras ofrecía un vasito de plástico con vino blanco a un vecino del municipio. A pocos metros de Tur, la Cooperativa Agrícola de Santa Eulària se preparaba para dar a conocer, durante el evento, los premios a los mejore vinos autóctonos presentados al concurso. Mientras tanto, los presenten comenzaron a catar el pan pagès con aceite de Ibiza que estos vendedores colocaron sobre la mesa de madera. «Nosotros participamos cada año. Aprovechamos la feria para promocionar el producto local», señaló Xavi Conesa, uno de los comerciantes del puesto. A dos metros, la familia Planells degustaba platos en las diferentes zonas gastronómicas del evento.

El Ayuntamiento de Santa Eulària no invitó a artesanos de otras islas debido a la incertidumbre de las medidas sanitarias

«Cómo echábamos de menos esta feria. Veníamos todos los años. De momento, además de alimentarnos, hemos comprado llaveros artesanales», subrayó con las vistas de los campos verdes y el mar de fondo. En este sentido, varios puestos vendieron ayer manualidades y creaciones artesanales como las alpargatas payesas. Emocionada y feliz se mostró Nuria Costa mientras confeccionaba una de estos calzados. «Llevo desde el año 96 elaborando las alpargatas», dijo. «También enseño manualidades similares en el centro social de Jesús», puntualizó esta vendedora.

Nuria Costa, que pertenece a Sa Colla de l’Horta, reconoció que es importante fomentar en los niños el valor de estas actividades artesanales. «Lo manual siempre es bueno para ellos; es esencial potenciar los cursos de manualidades», subrayó. Además de produtos artesanales, en la feria tuvo lugar una exhibición de motos clásicas con sidecar que se convirtió en el principal foco de atención.

«Esta feria es una excusa para venir y disfrutar del ambiente. Nosotros vendemos para los socios embutido ibicenco, pero puede participar todo el mundo», destacó José Guash, miembro del Club de la Moto Clàssica d’Eivissa i Formentera. El fomento de los productos locales es un estilo de vida que lleva desarrollando desde hace tres generaciones la familia Ferrà.

Según el vendedor Juan Luís Ferrà, su empresa Companatge es un referente en la isla. «Estamos elaborando productos ecológicos. Nuestro objetivo es recuperar la gastronomía de Ibiza. Lo que vendemos es todo lo que se hacía antes en la casa de campo para consumo propio», apuntó.