Una ‘cutxilla eivissenca’ entre la elite de los cuchillos del mundo

Este encuentro está considerado como el más importante a nivel mundial en este ámbito y se celebra cada dos años desde que comenzara en la ciudad francesa de Thiers en 2016 y 2018 y se tuviera que suspender por coronavirus la prevista en Albacete para 2020. En él se dan cita las ciudades más importantes del mundo con historia e industria cuchillera, de ahí lo importante de la presencia de la obra ibicenca. «Es uno de los grandes desconocidos de nuestra artesanía porque todavía no hay cursos que se impartan, porque solo dos personas en la isla nos dedicamos a ello, y porque es una tarea laboriosa que necesita de un taller especial con herramientas que en algunos casos me he fabricado yo porque no son fáciles ni baratas de conseguir en el mercado», aseguró ayer a Periódico de Ibiza y Formentera, Joan Bonet.

De hecho, la mayor parte de las piezas que crean Bonet y Rocha son verdaderas obras de arte, partiendo de la base de que no hay ninguna igual a otra. «En mi caso la hoja es de acero carbono, nunca de acero inoxidable, y siempre tiene dibujos fitomorfos con motivos florales que se realizan a mano empleando otra herramienta tradicional conocida como buril, y después el mango se elabora normalmente en latón o maderas de almendro, ciruelo o cerezo también con otra decoración labrada sobre él», resumió el veterano artesano. Además, para dar aún mayor valor a la pieza, cada uno de sus cuchillos va acompañado de una funda especial, adaptada a su forma y elaborada casi siempre en piel de buey o ternero y también decorada.

Mecánico industrial

Todo ello lo hace Bonet cuando va teniendo ratos sueltos en el taller que tiene en la carretera de Santa Eulària, a la altura del conocido como Cruce de los cazadores, ya que en su día a día trabaja como mecánico industrial al margen de la artesanía de la cuchillería ibicenca. «Es algo que a mí siempre me había llamado mucho la atención porque los orígenes de nuestros cuchillos se remontan a la daga mediterránea, formando durante mucho tiempo parte de la indumentaria de los ibicencos, hasta que poco a poco fue cayendo en desuso a mediados del siglo XX, así que cuando desapareció hace casi dos décadas el último artesano decidí que esto no se podía perder y me puse manos a la obra de forma completamente autodidacta».

Sus inicios fueron con los cuchillos de monte pero rápidamente y gracias a los consejos de los más mayores descubrió su pasión en los cuchillos de su tierra. «Soy consciente de que no me dará para vivir pero es algo que me encanta y actualmente tengo lista de espera porque cada vez más personas consideran que estos cuchillos son una obra de arte que puede ser un regalo muy original más allá de una simple herramienta de corte, trabajo o como, antaño, de defensa».

Además, su presencia se ha convertido en habitual en revistas, publicaciones o portales de Internet especializados en la materia. «Creo que eso es muy positivo porque con ello fomentamos que se de a conocer un cuchillo que aunque es desconocido podría estar al nivel de los de Albacete o los de Canarias pero también sería muy importante que las instituciones se animaran a apoyar más a chicos jóvenes como Xicu Rocha porque él tiene 21 años y por él pasa el futuro de este trabajo ancestral».

LA NOTA

En el Museo de la Cuchillería

El trabajo de Bonet se ha visto recompensado por el Museo de la Cuchillería de Albacete, considerado como uno de los más importantes del mundo. De hecho uno de sus cuchillos elaborado en Ibiza forma parte de la sección ‘La cuchillería española’ junto a piezas elaboradas por artesanos de distintas poblaciones españolas.