Maria Lozano Gómez ofrecerá el seminario del jueves y el viernes.

El jueves 3 y viernes 4 de marzo, la delegación en Baleares de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (URNWA) hará doblete en el salón de actos del Consell de Formentera y en el Auditorio del Centro Cultural Cervantes de Sant Antoni a partir de las 17.00 horas. Lo hará para explicar cual es la situación que viven las mujeres refugiadas en los territorios ocupados de Palestina. Será una gran oportunidad para conocer como es el día a día de este colectivo que vive un doble problema, el boicot que sufren por parte del gobierno israelí y el hecho de ser mujeres en una sociedad patriarcal como la palestina. Sin embargo, todo ello se hará desde un mensaje de optimismo y esperanza que lo que pretende es mostrar el papel tan importante que tienen que jugar en un futuro cercano como agentes básicos para el desarrollo de su sociedad. La encargada de lanzar este mensaje será María Lozano Gómez, Técnica de educación para una ciudadanía global de la delegación de UNRWA en Baleares.

¿En qué va a consistir las dos conferencias que se podrán escuchar en Formentera y Sant Antoni?
— Las dos forman parte de una serie de seminarios en los que a través de URNWA intentamos sensibilizar sobre los derechos humanos o la igualdad de género analizando cual es la situación y la realidad actual de las mujeres y las niñas palestinas. Y también cuales son los desafíos que tienen por delante.

¿Y cuál es esa realidad?
— Una realidad muy complicada porque en los territorios ocupados de la Franja de Gaza , Cisjordania y Jerusalén Este vemos como constantemente se violan los derechos humanos de sus habitantes por parte del gobierno de Israel. Algo que lleva pasando desde hace más de 70 años, ya que la tragedia de las personas refugiadas de Palestina comenzó en 1948. Y justo un año después nació URNWA para intentar ayudar a toda esa gente pero desgraciadamente poco a cambiado desde entonces.

El seminario se centra en el papel de las mujeres. ¿Tan duro es su día a día?
— Totalmente. Ten en cuenta que ellas, además de ser refugiadas, tienen que luchar contra el estigma de ser mujeres en una sociedad tan patriarcal y tan anclada a la tradición como es la palestina y que les impide en muchas ocasiones seguir prosperando dentro de su comunidad. Por ello sufren una doble opresión.

¿Tan cerrada es la sociedad palestina?
— Es cerrada en el sentido de que la tradición juega un papel sumamente importante y eso afecta al papel que juega la mujer ya que no se la permite avanzar como se merece. Sin embargo, nosotros queremos lanzar un mensaje de optimismo que ayude a desmontar ciertos estereotipos y que permita que en occidente se las vea como motores fundamentales del cambio de su sociedad.

En muchas ocasiones se suele asociar este tipo de sociedades con matrimonios forzosos y faltas de libertades para las mujeres. ¿Esto pasa en Palestina?
— Matrimonios forzosos entre personas de edades muy diferentes sigue habiendo entre otras cosas porque forma parte de su cultura y eso por mucho que se intente costará mucho poder cambiarlo. Sin embargo, nosotros desde URNWA trabajamos intensamente desde el terreno para que esto pueda cambiar lo más pronto posible.

¿Cómo se puede conseguir eso?
— Fundamentalmente potenciando su acceso a la vida social y económica de su comunidad y convenciendo a las familias de que son muchos los beneficios para todos cuando una mujer estudia una carrera universitaria. Sin embargo, desgraciadamente esto actualmente es casi imposible porque hay muchos impedimentos tanto de tipo familiar como de presión por parte de Israel que constantemente deniega los permisos para poder salir de los territorios ocupados. Con ello se impide que se puedan desarrollar fuera de sus fronteras.

Al llevar tanto tiempo la situación enquistada en Palestina... ¿en Occidente se le da el valor que merece o ya nos hemos olvidado o acostumbrado a ello?
— Desgraciadamente hay un gran desconocimiento en nuestra sociedad occidental, sobre todo entre los más jóvenes. Y eso es una pena porque estamos hablando de un conflicto que afecta a 5,7 millones de personas siendo la población palestina la quinta mayor del mundo en número de refugiados. Además se trata de un problema que en el mes de mayo cumplirá 74 años sin que no solo se le haya encontrado una solución sino que ha ido a mucho peor con el tiempo.

¿Por qué hay ese desconocimiento?
— Porque la información que llega desde los territorios ocupados siempre es escasa y está sesgada impidiendo que en muchos casos se sepa realmente que está pasando en cada momento.

¿Entonces de que viven los palestinos hoy en día?
— Pues no viven, sobreviven. Ten en cuenta que, por ejemplo, el noventa por ciento de la población de Gaza sobrevive gracias a la ayuda que le proporciona URNWA.

¿El gran problema entonces es el bloqueo que sufren?
— Sin ningún género de duda. En Gaza están bloqueados por tierra, mar y aire y en Cisjordania se vive constantemente bajo una ocupación militar que, además, está provocando demoliciones sistematicas de hogares de palestinos lo que provoca temor y que el noventa por ciento viva bajo el umbral de la pobreza.

¿Y con esto cual es el futuro de los niños y niñas?
— Es realmente complicado sobre todo para quien vive en Cisjordania y Jerusalén Este. Allí para ir al colegio tienen que pasar por delante de los puestos de control del ejército israelí o por los puestos que hay junto al muro. Eso cuando te permiten pasar y no te deniegan los permisos correspondientes como suele pasar desgraciadamente demasiado a menudo.