Las patronales pitiusas se mantienen en vilo y tratan de despejar dudas sobre cómo afectará el conflicto bélico en Ucrania al sector turístico de Ibiza y Formentera.

En este sentido, la historia se repite ocho años después. Ya en 2014, y justo antes de iniciar temporada, estas entidades hablaban de la incertidumbre que el incipiente conflicto entre Rusia y Ucrania podía provocar en relación a la llegada de turismo ruso. Finalmente, aquel verano se confirmó una disminución de este mercado respecto a años anteriores. El gerente de la Federación Hotelera de Ibiza y Formentera, Manuel Sendino, reconoció ayer que el número de turistas rusos o ucranianos «no es significativo» para las Pitiusas y su importancia directa «no es relevante» en el cómputo general de los últimos años, aunque destacó la preocupación del sector por la inestabilidad que este conflicto actual puede generar en otros mercados.

Sendino señaló, incluso, que el máximo accionista del turoperador TUI es un oligarca ruso, por lo que la empresa turística podría resultar afectada. «Una situación así genera incertidumbre, mal ambiente, y eso no es bueno para el negocio», lamentó el gerente.

Desde la patronal hotelera desconocían ayer si el conflicto había provocado en las islas una ralentización de las reservas y las ventas.

Sector del lujo
Sobre el mercado ruso, en apariencia muy ligado al sector del lujo, la presidenta del club de producto Ibiza Luxury Destination, Nuria Moreno, señaló que este visitante no es demasiado habitual en la isla, aunque los pocos que vienen «se hacen ver mucho porque suele ser un turista bastante ostentoso».
«Una guerra siempre va a afectar tanto al sector del lujo como al que no lo es. Directa o indirectamente nos va a afectar en todo», lamentó.

El vicepresidente de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB) en las Pitiusas, José Antonio Roselló, también confirmó que el ruso es para Ibiza un mercado «marginal», aunque los problemas desatados hace unos días pueden afectar a las islas de una u otra manera, con efectos directos sobre la economía. Según Roselló, la imposibilidad de realizar transacciones con el país afectará a empresas establecidas en las Pitiusas.

«El ruso es un buen turista para el segmento del lujo, aunque veo un problema mayor en relación a Europa central y oriental, en países como Alemania u Holanda. Son clientes nuestros y sufrirán una repercusión en su economía, afectando después a la economía global europea. Las sanciones son un tema serio porque tienen un impacto boomerang», explicó el vicepresidente. Todo unido provocará un parón en la recuperación económica prevista para este año, según consideró Roselló. Para él, «el tema pinta mal», aunque habrá que esperar para comprobar cómo se desarrollan los acontecimientos. «El turismo muchas veces es sustitutivo de otras cosas y la gente prefiere renunciar a otros elementos de consumo, aunque está todo por ver porque estamos en un momento muy inicial», concluyó.

Llegada de rusos
Según confirmaron ayer fuentes de Aena, el bloqueo de vuelos procedentes de Rusia no va a alterar demasiado la operativa preparada en el aeropuerto de Ibiza para esta próxima temporada. En los dos últimos años, y debido a la pandemia, ninguna compañía rusa había estado viajando a la isla de manera directa. En 2019, entre junio y septiembre, tan sólo hubo 18 vuelos entre Ibiza y algún aeropuerto ruso, nueve de ida y nueve de vuelta.

En el caso de los jets privados, desde Aena reconocieron no poder precisar a cuántos vuelos puede afectar el bloqueo aéreo decretado tras la invasión en Ucrania.

En 2018, instituciones como el Consell d´Eivissa llevaron a cabo en Moscú acciones promocionales dirigidas al mercado ruso, que en aquellos momentos se encontraba en fase de recuperación después de una grave crisis económica. Hasta no hace mucho, el único modo de llegar a la isla era a través de turoperadores y en vuelos charter, fuera de las rutas comerciales y con carácter esporádico.

En un año como 2013, previo al inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania y sin vuelos habituales, el aeropuerto de Ibiza solía registrar la llegada de unos 5.200 rusos al año.