La estación marítima del puerto de Sant Antoni desde el muelle del Club Náutico. | Daniel Espinosa

El Govern mantendrá la limitación de esloras a un máximo de 65 metros en el puerto de Sant Antoni. La Conselleria de Movilidad reiteró ayer la postura autonómica respecto a este asunto. El 1 de junio se cumplirá un año desde que Ports de les Illes Balears decidiera reabrir el tráfico de ferris en el puerto de Sant Antoni, fijando la mencionada limitación de esloras. Por el momento ninguna naviera se ha interesado por ofrecer servicio de transporte de pasajeros con las condiciones permitidas.

El conseller de Movilidad, Josep Marí, ya indicó en el pleno del Parlament del pasado 8 de febrero, ante una pregunta del diputado por Ciudadanos (Cs), Marc Pérez-Ribas, que esta decisión, que se tomó en el Consell d’Administració de Ports de les Illes Balears, «responde a una demanda casi unánime de la gente de Sant Antoni a través de acuerdos en plenarios y de un debate social muy importante».

Con esta medida se pretendía, según señaló, que el puerto no tuviese la actividad industrial y comercial que tenía y que «dificulta un cambio de modelo turístico en Sant Antoni y un cambio que pasa por que el puerto sea el emblema de la bahía de Portmany».

Recordó que él, como alcalde de Sant Josep, municipio al que pertenece una parte de la bahía, votó en su momento a favor de restringir el tráfico de ferris en el puerto de Sant Antoni. La pregunta del diputado por Cs hacía referencia a una situación de saturación de puerto de Botafoch que habían denunciado las navieras en una reunión con el Consell d’Eivissa. Marí Ribas indicó que no tenía constancia de tal saturación.

En la réplica, Pérez-Ribas planteó la posibilidad de incrementar el límite de esloras a los 70 metros, como se había solicitado por parte de las navieras. «Con esa medida alguna embarcación podría plantearse amarrar en el puerto de Sant Antoni y reducir la saturación, que sí es real, del puerto de Ibiza», insistió el diputado de la formación naranja.

Por su parte, el conseller de Movilidad mantuvo que el puerto de Ibiza está dimensionado para asumir toda la demanda que recibe Ibiza. «Lo que pasaba en Sant Antoni era una situación que no quería la mayoría del Pleno del Ayuntamiento, que escuchó a la opinión mayoritaria de la población y de las asociaciones de comerciantes del municipio» y recordó que el puerto sigue disponible como puerto de refugio.