Álex Casares.

La industria náutica balear podría llegar a perder hasta 80 millones de euros al año por falta de espacio para mantenimiento y reparación de embarcaciones. El sector advierte de que está perdiendo competitividad y reputación a marchas forzadas y que eso ya se está traduciendo en la fuga de yates hacia otros puertos españoles y europeos. Así lo denunció ayer la Asociación para el Desarrollo Náutico de Empresas y Autónomos (ADNEA), que realizó un nuevo llamamiento para solucionar un problema que ha llevado al sector a una «situación límite» y que «pone en riesgo su continuidad».

El presidente de la asociación Álex Casares, solicitó un «cambio urgente de rumbo» en su comparecencia. Es la segunda vez en los últimos meses que el sector realiza estas reivindicaciones. No obstante, la situación es cada vez más grave, alertan, puesto que el invierno es su temporada alta y «ya hemos llegado a marzo y seguimos sin espacio ni perspectivas de conseguirlo».

Pese a la buena predisposición, aseguran, mostrada por la Autoridad Portuaria de Baleares (APB) y su presidente, Francesc Antich, el problema sigue sin solucionarse y las empresas no disponen todavía de los 35.000 metros cuadrados en seco de varadero con los que contaban anteriormente como Áreas de Ocupación Temporal (AOT).

Falta de superficie

Esa falta de superficie imposibilita la asunción de encargos y desemboca en el desvío de clientes a puertos peninsulares como los de Cataluña y Comunidad Valenciana e incluso a los de otros países como Francia e Italia.

La APB estaría dispuesta a ceder ese espacio extra como ampliación hasta octubre de 2025, pero Servicios Técnicos Portuarios (STP) necesitaría dotarlos de las infraestructuras adecuadas para asegurar su operatividad. A cambio de esas instalaciones, STP solicita una ampliación de la concesión para poder amortizar el gasto, propuesta con la que está de acuerdo ADNEA.

«Es la primera temporada de invierno que no tenemos espacio suficiente», se queja Casares. Mora, por su parte, lamenta que «después de que en las Islas hayamos perdido en industrias como el calzado o la madera ahora se renuncie a una industria puntera, de alta cualificación y de referencia como la que tenemos en la náutica».