Pesqueros amarrados enl muelle de pescadores de Ibiza ayer por la mañana. | Toni Planells

La cofradía de pescadores de Ibiza se encontraba ayer cerrada. Sus miembros se unieron al paro convocado a nivel nacional y mantendrán su flota amarrada por lo menos hasta mañana miércoles. Así, la flota pitiusa se unió en su totalidad al paro, como hizo también la flota pesquera balear, tal como confirmaba ayer Toni Tur Blai, patrón mayor de la cofradía de Ibiza, a Periódico de Ibiza y Formentera.

De esta manera, «la mayor parte de la flota de Baleares estará parada hasta que el sector se reúna el miércoles con el ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas», explicaba Tur, por lo que la flota pesquera pitiusa no saldrá a faenar «hasta el jueves, si el tiempo lo permite». Situación que, inevitablemente, vaciará de pescado fresco ibicenco las vitrinas de las pescaderías y supermercados de las Pitiusas.

Sector primario
Las reivindicaciones del sector pesquero van de la mano de las del sector agrícola. Tal como explicó ayer el patrón, «no es solo por el precio del combustible ya que todo el sector primario está sufriendo todas las subidas de precios, sean piensos o sean abonos. Si es que hasta al sector ganadero no le compensa siquiera la producción de leche; esto no puede ser».

Sin embargo, la subida del precio del combustible sí que es una de las reivindicaciones básicas en cuanto al sector pesquero, que ha visto cómo la inversión en combustible ha pasado a ocupar hasta un 50% del presupuesto en las salidas de algunas de las embarcaciones pesqueras. «Se trata de un problema que no viene de ahora; hay una falta de sensibilidad hacia el sector primario por parte del Gobierno que ya viene de tiempo atrás», afirmaba Blai. El patrón, sin embargo, mostraba cierto atisbo de optimismo al respecto. «Yo pienso que algo se solucionará, aunque no creo que las cosas acaben siendo como antes. La gente está protestando y la cosa no puede seguir de esta manera, tienen que hacer algo: somos el sector primario y la gente tiene que comer», explicaba.

En las oficinas de la cofradía las puertas permanecían cerradas, tal como explicaba un empleado, porque «hacemos huelga y por lo menos hasta el miércoles no sabremos nada más. Está cerrado». El empleado conversaba con Juan Antonio Torres, que es pescador. Él faena en un llaüt pequeño de artes menores y aseguraba que «he venido a la cofradía a buscar una cosa, pero yo tampoco he salido a pescar. Hay que apoyar la huelga, así que hasta el día 23 no salimos», aclaraba Torres, quien continuaba sus explicaciones con evidente enfado ante la situación del sector: «Es que no puedes ni pagar el gasoil, y si subes el precio del pescado, ¿quién lo va a comprar?».

En cuanto a las soluciones, este pescador afirmó que pasan para «que vuelva el precio del gasoil a como estaba antes y que al consumidor también se le ayude: si en vez de cobrarle el 10 le cobran el cuatro, a lo mejor esto ayuda a todos». El pescador no deja de poner el foco en el destinatario final de su producto, el consumidor, que en última instancia es quién se ve obligado a pagar los costes sobrevenidos: «Sube el gasóleo, sube el seguro, sube todo y si tenemos que repercutir el precio al cliente, a este paso ya me dirás quién podrá permitirse comer pescado», concluyó.