Miguel Ángel Cicuéndez, miembro de la Policía de Sta. Eulària. | Daniel Espinosa

El Palacio de Congresos de Santa Eulària acogió ayer una jornada de ‘Santa Eulària se n’ocupa’ donde los asistentes han conocido de la mano de Miguel Ángel Cicuéndez, coordinador de la Policía Local del municipio, todo lo necesario para ser Policía Local.

«La oposición a Policía se basa en pruebas físicas y teóricas. Las físicas constan de cuatro pruebas: circuito, flexibilidad, resistencia y natación. La teórica se divide en 30 temas, con un test general de entre 50 y 100 preguntas y, posteriormente, dos temas a desarrollar por sorteo», explica Cicuéndez.

Tras ello, se realiza un examen psicotécnico y, posteriormente, unas prácticas remuneradas de 5 meses en la academia. De estas oposiciones saldrán 12 plazas de Policía Local para el municipio de Ibiza y 15 para Santa Eulària, donde entre un 25% y un 40% estarán reservadas a mujeres. «La administración y el Govern está apostando por las mujeres en la Policía Local», puntualiza el policía.

Asimismo, el examen físico también diferencia por sexo y por edades (grupos entre 18 y 30 años, más de 30 años y más de 40 años).

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Sin límite de edad o altura

Esa es una de las principales novedades de estos últimos años. No hay límite de edad, ni tampoco de altura como en antaño. «Hace año y medio entró un chico con 45 años al cuerpo. Nunca es tarde para cumplir tus sueños», afirma Cicuéndez.

B2 de catalán

Sin embargo, aprobar estas oposiciones no es tarea sencilla. «La gente se presenta como si fuese fácil y muchas veces han quedado vacantes sin ocupar. En Ibiza no se tiene la costumbre de opositar como en la Península», explica el coordinador de la Policía. Para él una de las pruebas más duras fue aprobar el B2 de catalán, uno de los requisitos imprescindibles para optar a la profesión. «Muchos compañeros de la Península se ven afectados por ello. Debería ser un mérito y no un requisito y más en Ibiza, donde escasean los policías», denuncia. Todo ello para llegar a ser Policía, un trabajo que, como él mismo explica, ha cambiado mucho en los últimos años. «Antiguamente nos dedicábamos casi todo al tráfico. Hoy en día hacemos de todo, somos el primer contacto con el ciudadano. Por ejemplo, con temas de violencia de genero o incendios», confirma.

Como todos los trabajos, tiene claroscuros. Para Cicuéndez lo más duro de su oficio, el que lleva realizando desde que tenía 17 años, no es la peligrosidad o el miedo, es lidiar con situaciones emocionalmente duras.

«Nosotros estamos en primera fila en los accidentes, en los incendios... Si eres joven te puede destrozar. Es muy difícil a veces separar la vida profesional de la vida personal», explica al Periódico de Ibiza. Sin embargo, también tiene sus recompensas al final del día. «Cuando logras ayudar a la gente, la gratitud lo es todo. Especialmente me emociona cuando los niños nos traen dibujos. Para ellos somos héroes». Una percepción de la Policía que, como afirma, se va deteriorando con el paso del tiempo. «Es un amor odio. El ciudadano nos quiere ver pero no quiere que trabajemos, que denunciemos», puntualiza.

Las oposiciones en Ibiza, como confirma Cicuéndez, serán entre los meses de abril y mayo. Posteriormente, las duras pruebas físicas a las que deben presentarse los aspirantes darán comienzo a finales de mayo. Y entre septiembre y octubre se iniciarán las pruebas en la academia, con más de 800 horas, que deben realizar todos aquellos para poder lograr ser policía en prácticas que, según el ayuntamiento, se establece entre 6 meses o un año.