Sergio Ferrero reivindica «el amor que todo lo vence» en su nueva exposición

Según explicó ayer a Periódico de Ibiza y Formentera el polifacético pintor, escritor y pintor rumano, hijo de príncipes y exdeportista de élite, se trata de «una reivindicación de ese amor que es capaz de vencer cualquier cosa y que es más necesario que nunca en los tiempos que corren». De hecho, ya el nombre de la exposición es una declaración de intenciones, ya que su traducción al castellano vendría a ser «el amor todo lo vence».

Además, según recordó Ferrero, el amor ha sido el lema que ha marcado siempre su vida. «Desde hace muchos años entendí que tenemos que cuidarnos, que es necesario mantener un estilo de vida saludable y, sobre todo, que todo tiene que girar en torno al amor, que hay que amarse a sí mismo para luego poder amar a los demás, y por eso intento aplicarlo constantemente en mi día a día y en buena parte de mis obras, donde siempre que puedo incluyo el texto Love is love».

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Casi 40 obras

La exposición está compuesta por un total de 37 obras de distinto formato aunque predominarán las de 70 por 100 centímetros junto a algunas más grandes. Todas ellas han sido elaborados siguiendo una técnica propia que ha bautizado como strappi y que le ha hecho ser mundialmente conocido y poder llevar sus obras por todo el mundo. «Creo que tener un estilo propio y seguir una coherencia a lo largo de tu vida artística es algo muy bueno para cualquier creador, y por eso he vuelto a apostar por los montajes donde cojo una fotografía, la rompo en varios pedazos y luego la pego en el lienzo aplicando además distintos colores acrílicos junto a purpurina o barniz».

La mayoría de estas obras han sido creadas durante la pandemia, un período que Ferrero aseguró le vino muy bien a su faceta creativa «al tener la suerte de vivir en el campo de Ibiza» junto a la «armonía» que le proporciona una zona boscosa cercana. Además, hay otras que forman parte de la amplia colección que ha ido pintando a lo largo de los años y que, según sus estimaciones, puede estar formada por más de 1.000 cuadros «a los que habrá que unir los muchos que tengo pensado seguir haciendo durante los próximos años».

No en vano, a sus 80 años, Ferrero se encuentra en plena forma gracias, entre otras cosas, a que no ha bebido, fumado ni se ha drogado en su vida y a que sigue haciendo natación todos los días. Además, este príncipe rumano que aún conserva el título de Príncipe di Muresano y que llegó a la isla de Ibiza en 1978 para vivir en un barco durante 18 años, fue un destacado deportista de élite que atravesó el océano Atlántico en una peripecia de más de 5000 kilómetros, cruzó el desierto entre Mauritania y Senegal con una tabla con ruedas y destacó en el kite surf, el triatlón y en pruebas ultradistancia como el decaironman o el 15 mexicano.