Mujer abonando en un parquímetro | Marcelo Sastre

El nuevo contrato para la gestión de los aparcamientos de pago en la ciudad de Ibiza saldrá en breve a concurso. La adjudicación será por ocho años y el Consistorio espera recaudar unos tres millones de euros anuales, según explicó ayer el concejal de Movilidad, Aitor Morrás, de Unidas Podemos. En estos momentos, la recaudación por este concepto ronda los 1,7 millones de euros.

No será este incremento recaudatorio la única novedad. De las 3.030 plazas reguladas que existen ahora se pasará a 5.960. Es decir, más de la mitad de las 10.000 plazas de aparcamiento de la ciudad serán de pago a partir de enero de 2023, que es cuando el Consistorio espera que pueda entrar en vigor este nuevo sistema.

División por zonas. El nuevo sistema de pago en Vila se divide en tres zonas. La zona A es residencial (ses Figueretes, Eixample II, Mercat Nou, sa Capelleta y la Marina). La zona B es residencial-comercial y turístico (es Pratet y s’Alamera) y la zona C es de ocio turístico (Marina Botafoc). Foto: AYUNTAMIENTO DE EIVISSA

Estas plazas se repartirán por zonas. Así, Vila quedará dividida en tres zonas diferentes, A, B y C. En la zona A, se encuentran Figueretes, Eixample, Mercat Nou, Sa Capelleta y La Marina. La zona B es la formada por Es Pratet y s’Alamera, mientras que la C es la de Marina Botafoch.

Las zonas

La gran mayoría de estas plazas de aparcamiento, 4.879, estarán ubicadas en la zona A. A la zona B le corresponderán 430 plazas mientras que en la C serán 610.

Se crearán dos tipos de plazas, que se identificarán con los colores verde y azul. En el primer caso, las plazas de color verde estarán destinadas a los residentes de cada sector, que podrán aparcar en las mismas sin límite horario y tendrán diferentes opciones de pago. Podrán acceder a un bono anual de 50 euros, 40 euros menos que el existente actualmente. Pero también tendrán la opción de pagar 0,60 euros por hora en caso de no querer sacar este bono, según señaló Morrás. En la zona A, el 75% de las plazas será verde. En la B, será un 65%, mientras que en la C serán de este color el 50% de los aparcamientos de pago.

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En la zona azul, podrán aparcar todos los ciudadanos, sean o no residentes en Vila. En el caso de los residentes en la ciudad, pero que no sean de ese barrio, el precio será de 1 euro la hora. Si aparcan en una zona verde que no corresponde a su sector, tendrán que abonar 1,25 euros.

Morrás admitió que la pretensión del Consistorio era imponer tasas diferentes en función de si el conductor reside o no en la isla. Sin embargo, esto no ha sido posible, «tal y como también ha sucedido con la ecotasa». Por ello, solo serán los residentes en la capital ibicenca los que puedan beneficiarse de precios más bajos a la hora de aparcar.

Las tasas, por otro lado, serán diferentes en función de la temporada. En temporada baja, los no residentes pagarán entre 1 y 1,25 euros en las zonas A y B, mientras que en la alta serán 1,25 y 2 euros. En zona verde, los no residentes tendrán que abonar aún más, puesto que son plazas pensadas para los residentes en cada sector. Así, en temporada baja las tasas oscilarán entre los 1,25 y los 1,56 euros, que en la alta pasarán a entre 1,56 y 2,50 euros. Los estacionamientos más caros serán los ubicados en Marina Botafoch.

Diferentes también serán los tiempos máximos que podrá permanecer un vehículo estacionado en las plazas de zona azul. Así, si se trata de un residente, podrá estar aparcado dos horas que pueden ampliarse hasta cuatro. Si no, el tiempo máximo será de dos horas y el vehículo tendrá que ser desplazado a otro sector de la ciudad para poder ser aparcado nuevamente.

Entre las mejoras del servicio, el concejal de Movilidad destacó cuestiones como el uso de vehículos eléctricos por parte de los controladores de la empresa que se haga con la contrata. Estos vehículos incorporarán cámaras que permitirán leer las matrículas de los coches estacionados con tecnología OCR. Algo que ya contemplaba también la actual contrata pero que no se ha llevado a cabo. «Es un sistema que ahora es más efectivo», aseguró Morrás, «pero la verdad es que no se puede automatizar del todo si la tecnología no es del todo fiable». Los controladores seguirán siendo necesarios puesto que, añadió, hay zonas en las que hay poca separación entre los vehículos aparcados y las cámaras no pueden leer las matrículas.

Morrás, finalmente, también destacó otras mejoras como las del control de la carga y descarga o una gestión más eficiente de los aparcamientos para personas con movilidad reducida. Mejorarán también el software de gestión y la app y habrá un mayor control de los aparcamientos disuasorios.

El apunte

A la espera del parking de sa Joveria

El concejal Aitor Morrás aseguró que el Consistorio tiene previsto ampliar el número de plazas en los aparcamientos disuasorios, aunque no ofreció más información al respecto. Morrás sí recordó que Vila está a la espera de que el Consell acondicione el espacio de Sa Joveria con este fin. También mostró su confianza en que sea posible ampliar las plazas de aparcamiento en la ciudad una vez que la institución insular ceda al Ayuntamiento la gestión de la E-10.