Rosario Ramos (Tampico, México, 1990) trabaja como orientadora laboral en Cáritas, ayudando a sus usuarios a afrontar nuevos retos laborales.

—¿Cuánto tiempo lleva en Ibiza?
—Ahora va a hacer cuatro años que llegué. Hace tres que estoy trabajando con Cáritas, tras haber estado un año como voluntaria dando asesoría como psicóloga.

—¿Qué la trajo Ibiza?
—Que me casé [ríe].

—¿Con un ibicenco?
—No, con un italiano, Alan, que trabaja aquí. Es especialista haciendo estuco veneciano. La isla nos encanta, nos atrapó y decidimos instalarnos aquí.

—Me ha dicho que usted es psicóloga.
—Sí, soy terapeuta familiar. Hice un máster en terapia familiar enfocada en adicciones. En México ejercía esta especialidad, pero ahora, con Cáritas, me dedico más a la orientación laboral.

—¿En qué consiste la orientación laboral que usted ejerce?
—Trabajo la cuestión integral basada en el pensamiento, la cognición, emoción, sensación y acción. Que básicamente es lo mismo. También hago talleres de reducción de estrés, muchos de los participantes que nos llegan no funcionan al 100% en el ámbito laboral por cuestiones de estrés. Las situaciones estresantes por motivos familiares, económicos, por vivienda (un problema que en Ibiza lo vemos día a día), influyen de manera negativa a quienes buscan trabajo y yo trato de ayudarles en este sentido.

—Llegó a Ibiza antes de la pandemia. ¿Cómo ha vivido estos dos años?
—Fue muy impactante. Piense que la mayoría de gente tiene problemas a la hora de controlar sus emociones, de autoanalizarse y controlarse. Con la llegada del confinamiento, el aislamiento supuso un choque para todo este tipo de gente. Pero también lo fue para quienes viven en familia, o compartiendo piso. Quien no tiene el hábito de monitorearse emocionalmente lo pasó mal a la hora de convivir con más personas durante tanto tiempo. Por eso hubo muchísimas separaciones.

—En cuanto al perfil de los usuarios que se acercan a su área de Cáritas, ¿ha notado cambios?
—Sí, el perfil ha cambiado. Antes eran personas con una empleabilidad muy baja. A lo mejor eran personas sin habilidades sociales ni laborales que, como mucho duraban tres o cuatro meses en un empleo. Tras el Covid nos está llegando gente que sí tiene habilidades laborales, que a lo mejor han trabajado toda la vida y que ahora no encuentra empleo. Una de las razones es que ahora todo es digital y puede ser que esas personas no dominen este mundo. Ahora, los currículum son todos digitales, no te aceptan un currículum en mano. Hay que enviar el currículum por email junto a una carta de presentación. Hay que pensar que no todo el mundo sabe hacer una carta de presentación. Por eso, desde mi puesto en Cáritas lo que hacemos es asesorar y acompañar a este perfil de personas.
—Como terapeuta familiar, ¿está notando tendencias autolíticas entre los jóvenes?
—Es un factor que con la pandemia se ha acentuado de manera considerable. Pero no es un problema solamente de los adolescentes, también se da en personas adultas. En mi experiencia he vivido este tipo de casos en personas de entre 30 y 40 años. Volvemos a lo mismo de antes: no conocerse a uno mismo es un problema que con el confinamiento se ha incrementado exponencialmente. El coronavirus aumentó todos los tipos de problemas: psicológicos, mentales, emocionales, laborales...

—¿Cómo se pueden prevenir estos problemas?
—De la misma manera que cuando te sientes mal físicamente vas al médico, debemos tomar el hábito de hacer lo mismo cuando el malestar es emocional e ir al psicólogo. La educación emocional desde los colegios también es una fórmula que en México está funcionando (aunque es verdad que no lo hacen en todas las escuelas). Es muy importante trabajar en la gestión emocional desde niños.

—¿Cómo debemos afrontar los problemas emocionales cuando los tenemos encima?
—Lo primero es yendo a un profesional, como ya dije. También hay técnicas para combatir el estrés; de hecho hago unos talleres de estas técnicas con mis compañeros. Básicamente, se trata de centrarse en la respiración. Normalmente durate el día uno va pensando en el futuro o en el pasado. Nunca estamos aquí, siempre estamos en el futuro, deseando algo. El deseo es agitación, una ansiedad constante. En cambio estando en el pasado siempre estás en algo que ya sucedió.

—¿Me puede explicar una técnica sencilla para combatir el estrés?
—La técnica consiste en cerrar los ojos y centarrse en la respiración, da igual si respiras rápido o pausado. Al principio es normal, cuando cierras los ojos te vienen imágenes, colores y de todo a la mente. Lo que hay que hacer entonces es concentarse en como entra y sale el aire por la nariz, contabilizarlo del uno al cinco también ayuda. Al poco rato verás cómo tu respiración pasa de acelerada o pausada a neutral.

—¿Cómo se siente al ayudar a la gente a nivel emocional?
—Muy bien. Es muy satisfactorio ver a alguien resurgir de sus cenizas. Eso sí, para mejorar hace falta tener intención. Si no, es imposible.