Niños visitando a las gallinas.

Hoy en día existe dificultad de conciliación entre la vida familiar y la vida laboral. En muchas ocasiones las familias no saben como gestionar el cuidado de sus hijos y a la vez mantenerse activas.

Pedro Cano, padre de día de Can Porquet y representante de la Cooperativa de Madres y Padres de Día en Ibiza, explica que «ciertamente, con quien mejor estará un bebé de pocos meses es con su madre en su propio hogar pero esto no siempre es posible. Las madres y padres de día pretendemos ayudar a las familias ofreciendo una mirada a los niños desde el cuidado y el respeto de sus ritmos. Buscamos ser una extensión del hogar donde conviven un número de niños reducido y, por tanto, ofrecemos una atención de calidad individualizada y personalizada».

Acogen a los niños en sus propias casas, las cuales están adaptadas para ello. Disponen de cocina, baños adaptados, espacios adaptados a las necesidades de higiene de los bebés, espacios de descanso, espacios de juego...

Aunque en el norte de Europa esta figura se empezó a dar a conocer en los años 70 y es habitual en países como Inglaterra, Francia, Suecia, Holanda, Austria o Alemania, en España solo está regulada en tres comunidades autónomas: Galicia, Madrid y Navarra. En el resto de comunidades se está trabajando su regulación y estas propuestas se acogen a un derecho supletorio con las directrices que se están llevando a cabo en Madrid.

Creación de la cooperativa

En octubre de 2021 se creó la Cooperativa de Madres y Padres de Día de Ibiza. «La creación de esta cooperativa es un punto de partida para consolidar las madres de día en la isla, es un faro al que pueden acudir las familias interesadas en este tipo de propuestas. Hoy en día hay tres proyectos en activo a la espera de que puedan confirmarse dos propuestas más», explica Pedro.

Los profesionales que lo llevan a cabo deben estar en posesión de una titulación académica como Magisterio, Psicología o Pedagogía. También deben disponer de varios requisitos como seguro de responsabilidad civil, título de manipulador de alimentos o el certificado de negación de delitos sexuales entre otros. Además, las propuestas que quieran formar parte de la cooperativa deberán dar una aportación monetaria y tendrán un seguimiento durante un año para cerciorarse de que se trata de un proyecto de calidad.

«Está enfocado a niños de entre 4 meses y 3 años. Se trata de una crianza respetuosa y consciente y, por eso, el número de niños que hay en el grupo depende de las edades y la autonomía que posee cada uno», declara Pedro.

La musicalidad está presente durante todo el día, desde el desayuno y la comida hasta los momentos de limpieza, higiene y juegos. Los 20 minutos del descanso final cierran las seis horas de diversión que han tenido durante la mañana.

Un día en Can Porquet

Pedro comenta que un día en Can Porquet empieza a las 8:30 de la mañana cuando llegan los niños y se escuchan las primeras canciones de bienvenida. «Más tarde, desayunan y se lavan las manos y los dientes. Hacen una salida a la naturaleza donde cogen los huevos de las gallinas, visitan a las ovejas o simplemente andan por los senderos cantando y riendo. Después de haber estado con pájaros, algarrobas y vinagrillos vuelven a lavarse las manos para poder comer, son las 12.00 horas. El día termina con una siesta y su posterior recogida a las 14.00 horas», explica.

La naturaleza es esencial en este modelo de educación. Pedro afirma que «este tipo de proyectos son una realidad en la que las familias pueden confiar. Las madres y padres deben poder elegir donde llevar a sus hijos y esta es una alternativa con mucha demanda. Sin embargo, no quiero quitar valor a las guarderías, escoletas y otros centros que también pueden ser de calidad. Los proyectos educativos deberían ir hacia una crianza respetuosa con un adulto consciente, un adulto que se cuestione lo que hace para conseguir un crecimiento personal positivo. Ese es el camino de la Cooperativa», concluye Pedro.