Clamor en las calles de Ibiza al grito de "Govern, queremos pescar"

Entidades como el Club de Actividades Subacuáticas S’Embarcador y el Club de Actividades Subacuáticas La Escollera convocaron la protesta. «Govern balear, queremos pescar» se convirtió en el principal lema de los manifestantes, muy motivados durante todo el recorrido, especialmente cuando pararon durante unos minutos frente a la sede del Consell d´Eivissa. El vicepresidente insular, Mariano Juan, y el conseller de Presidencia y Gestión Ambiental, Vicent Roig, fueron los encargados de recibirles.

Una caravana de vehículos que remolcaban un total de 25 embarcaciones se sumó al acto reivindicativo, para sorpresa de los numerosos turistas que se preguntaban el porqué de la manifestación.

Diego Alcalde, portavoz de uno de los colectivos participantes, fue el primero en dirigirse a los asistentes. «Para que vean que no somos cuatro gatos», gritó a los congregados. Alcalde destacó también la presencia de la mallorquina Malen Sart, campeona mundial de Pesca submarina.

En el manifiesto, el portavoz lamentó que el colectivo de pesca recreativa y submarina está siendo discriminado «por la progresiva creación en la zona costera de aparentes Áreas de Protección Marina», aunque no son más que «falsas reservas a efectos de protección».

En ellas, se concede el derecho a la pesca profesional con artes menores sin límite de capturas, pero se prohiben modalidades de pesca recreativa, «de gran arraigo en la población de las islas». Por ello, Alcalde destacó que las reservas «son en realidad falsos espacios de protección y mecanismos de discriminación injustificada de las actividades recreativas, con especial énfasis en la pesca submarina en apnea».

Los manifestantes criticaron además la «falta de proporcionalidad» en la dimensión agregada de las sucesivas reservas de interés pesquero puesto que «supondrán en breve el 75% de la costa» en caso de incluirse proyectos como el Plan de Gestión Red Natura 2000. En el caso de Formentera, se llegaría a alcanzar el 95% de la costa.

Entre sus propuestas, pidieron una mesa de diálogo entre las instituciones y representantes de la pesca profesional, recreativa y de otras actividades náutico-recreativas, así como la puesta en marcha en el Govern de una Dirección General de Pesca Recreativa, independiente de la actual Dirección General de Pesca.

Al Consell Insular le solicitaron que deje en suspenso la tramitación del Plan de Gestión de la Red Natura 2000 en la costa de Ponent y que vele por la presencia de representantes de todas las modalidades de pesca recreativa en foros públicos y grupos de trabajo, puesto que «la gestión gestada a espaldas de los administrados es inaceptable, injusta y fuente de conflictos». También exigieron al Consell que informe desfavorablemente la propuesta concreta de creación de reservas marinas de interés pesquero en el marco del Plan Natura 2000. Al Govern le reclamaron que regule por días o especies, pero que no prohiba. «Tenemos un Govern balear que no sabe gestionar. Solo sabe prohibir. ¿De qué van?», espetó Xico Juan megáfono en mano.

El vicepresidente de la máxima institución, Mariano Juan, criticó tras la protesta las «formas» con las que el Govern pretende impulsar el decreto para crear las reservas marinas: «Ha habido una ausencia de diálogo y a la vista está».

Juan añadió que el Consell no comparte la manera de gobernar del Ejecutivo liderado por Francina Armengol, ya que «algo tan importante como un decreto de gestión medioambiental debería haberse dialogado con todos los sectores implicados en Ibiza y Formentera».

También lamentó que ni el decreto haya sido bien explicado, ni las administraciones municipales hayan recibido información al respecto. Por ello, Juan reclamó un nuevo plazo para analizar al detalle sus consecuencias reales.

Vicent Roig, por su parte, dijo que «lo que no puede hacerse es estar gobernando continuamente con el rodillo», y destacó la importancia de coordinar acciones y «escuchar a la gente».

Miguel Galera, portavoz de una de las asociaciones participantes en la protesta, advirtió además sobre los negativos efectos que la creación de estas reservas causan a empresas del sector náutico: «Cuando se creó la primera reserva de interés pesquero en la parte de Tagomago, varias tiendas especializadas de Santa Eulària tuvieron que cerrar».