Jorge Nacher, minutos antes de la entrevista con Periódico de Ibiza y Formentera. | Marcelo Sastre

Jorge Nacher, residente en Sant Antoni, ha realizado una recolecta de material sanitario en Ibiza para Ucrania y se ha encargado de hacer la entrega en la ciudad de Leópolis, donde fue recibido por el servicio estatal de emergencias en agradecimiento al material donado, que se distribuirá por las poblaciones más necesitadas.

¿Cuándo surge la idea de recolectar material para Ucrania?
—Hace 3 años ya intenté ir con un amigo a ayudar a los campos de refugiados de Lesbos, en Grecia. Sin embargo, tuvimos la mala fortuna de que en Serbia no nos dejaron pasar la frontera y tuvimos que volver a Barcelona. Ahí ya hicimos contactos y me llamaron desde Sevilla que se iban a Ucrania en un convoy y que si nos queríamos unir. Llamé a Álex, mi amigo, y nos fuimos de cabeza.

¿Cuántas personas fueron?
—Todo viene organizado por unos bomberos jubilados de Tomelloso y nosotros nos unimos. En total, fuimos cuatro bomberos de Tomelloso, tres policías de Palma de Mallorca y yo. Además, también vino una chica intérprete ucraniana que nos sirvió como traductor allí.

¿Cuánto han recaudado?
—Cada uno ha aportado lo suyo. Nuestra furgoneta, que era la que más llena iba porque no llevaba asientos y se ocupó toda, aproximadamente llevaríamos 20.000 euros en material sanitario: vías, bisturíes, gasas, vendas… algunos más voluminosos como sillas de ruedas, muletas…

Imagino que les habrán recibido con los brazos abiertos...
—Ellos la verdad que lo agradecen todo muchísimo. Por ejemplo, llevamos alargadores, algo que para nosotros es muy básico, para ellos es un mundo. Te pone la piel de gallina. Ver que ellos estén tan agradecidos, y así nos lo demostraron con un reconocimiento que nos dieron a todos. Emociona muchísimo.

¿Cómo fue el trayecto hasta llegar a Leópolis?
—Salimos el martes de la semana pasada y hemos estado 2 días y medio de viaje. Son más de 3.000 km. Fuimos con tres furgonetas y una ambulancia, donada por los bomberos de Tomelloso. El recorrido que hicimos fue de Ibiza a Barcelona, luego de Francia a Alemania y una vez allí fuimos a Polonia. Una vez en el país, cruzamos la frontera con Ucrania y nos desplazamos hasta Leópolis.

¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de allí?
—Escuchar las sirenas es lo que más te impacta. Has estado todo el día en una ciudad totalmente normal, europea, de lujo, gente tocando instrumentos y cantando por las calles. Luego, por la noche, todo cambia. A las 10 hay toque de queda y de madrugada a veces suenan las alarmas de aviso de bomba.

¿Les ha ocurrido algo similar alguna de las noches? ¿Se sentía protegido allí?
—Me sentía protegido, no toda Ucrania está bombardeada y devastada como Mariupol. La segunda noche hubo un aviso de bomba. Nos sacaron, vinieron a buscarnos y nos metieron en un refugio y allí nos habilitaron unas camas para poder dormir. Ahí es cuando tomas conciencia. Te sientes muy protegido en todo momento hasta que pasa algo así.

¿Cómo era allí el día a día?
—Es una sensación de contraste continuamente. Durante el día, hacíamos vida normal, tomábamos café, y por la noche tenías que estar alerta. Nos sentíamos incluso algo mal por hacer vida normal durante el día.

Imagino que debe ser duro estar con gente de allí y verlo desde dentro.
—Piense en la gente de allí, que has estado con ellos lo que es estar durante el día yéndote a trabajar, abrir tu cafetería, y luego por la noche el terror. La gente duerme vestida. Nosotros cuando salíamos íbamos solo con el pasaporte encima. Por si hay que salir en cualquier momento.

Sus amigos, familia, pareja… ¿Cómo llevaron este viaje?
—Yo no avisé del ataque, por ejemplo. Lo conté ayer, una vez aquí. Intentas no decir a nadie para no asustar. Les enseñábamos vídeos de la ciudad, gente tocando la guitarra y cantando… para que ellos estuviesen aquí tranquilos.

Ahora, después de esto, ¿qué tiene pensado?
—Estamos en vista de como podemos seguir ayudando. Nos gustaría que la próxima recogida sea en septiembre. Hemos continuado con el grupo, los de Tomemos ya están preparando camas de hospital, que les cedieron 40, a ver como las llevan… Queremos hablar con hospitales de aquí, porque muchas veces cambian mobiliario y hay material que puede ser donado