Distintos vehículos esquivando el socavón en la calle que une la autovía del aeropuerto con el polígono Can Bufí. | Toni Planells

La calle que enlaza la carretera del aeropuerto con el polígono Can Bufí es escenario de considerables atascos en horas punta, a la vez que presenta en su firme distintos desperfectos y una anchura en alguno de sus tramos que impide el paso de dos vehículos en sentido opuesto.

Uno de los desperfectos más peligrosos es un gran socavón, que recuerda a un cráter, en el margen derecho de la calle en dirección al polígono. Con un diámetro que se acerca a un metro y varios centímetros de profundidad, supone una amenaza que obliga a los usuarios de esta calle a dar un volantazo para esquivar el bache y evitar dañar su vehículo. Volantazo que no es posible en caso de tener un vehículo de frente, al no haber suficiente espacio en la calle para dos vehículos cuando uno de ellos tiene que esquivar el agujero del asfalto.

Otro elemento que presenta degradación y dejadez es la señal de ceda el paso que, en uno de los extremos de la calle, el tiempo ha ido borrando hasta el punto de que prácticamente se ha vuelto invisible para el conductor.

Atajo

Se da la circunstancia de que esta calle se ha convertido en el último tramo de un atajo a la hora de evitar las colas que se forman en la rotonda de Blancadona. De esta manera, muchos conductores que vienen de Sant Antoni deciden desviarse por el polígono de Can Bufí para reincorporarse a la carretera del aeropuerto desde esta calle. Esto provoca que, en horas punta, se produzcan atascos de consideración a través de todo el polígono, tal como aseguran trabajadores y usuarios de la zona que califican de «colapso» la situación a primera hora de la mañana.

En cuanto al socavón, un trabajador de un taller de la zona aseguraba ayer a Periódico de Ibiza y Formentera que el pasado lunes «un chico reventó la rueda y la llanta por que se comió el bache de lleno». «Le hemos recomendado que denuncie al Ayuntamiento. El chico no tiene la culpa, pero no sé si finalmente lo hará», agregó.

Luis, Domingo y José María trabajan en la zona y los tres coinciden en describir como «caótica» la situación que se produce cada mañana. «La gente se mete en el polígono al pasar Can Negre para evitar la cola de la rotonda, pero acaba habiendo cola desde Can Negre hasta aquí», añadían.

Solución

En cuanto a la solución también hay consenso entre los trabajadores de la zona: «Si hicieran la calle solo de un sentido (para entrar al polígono, que para salir está el otro lado) se solucionaría el problema. Es muy sencillo».

Quienes se mueven sobre dos ruedas tienen claro que deben conducir con los cinco sentidos en la zona. Este el caso de Zacarías, que reparte correo en una moto y, tal como reconoce, «tengo sustos constantemente en esta zona». Habla de los baches y las consecuencias de toparse con uno de las dimensiones del de esta calle, pero también del peligro que, desde una moto, se vive en todo el polígono. «Deberían arreglarlo un poco, poner señales o algún semáforo» proponía el cartero que apuntaba que, «el cruce es muy peligroso, la gente va muy rápido y a penas se ven llegar».