Un momento de la reunión mantenida por representantes de Amadiba con las familias ibicencas.  | Marcelo Sastre

El Consell d’Eivissa creó en la pasada legislatura, con PSOE y Podemos al frente, subvenciones a medida para tratar abonar las deudas contraídas con la asociación sin ánimo de lucro Amadiba. De esta forma, el anterior equipo de gobierno pretendía afrontar los pagos por los servicios realizados por esta entidad y que contrató de manera irregular.

Un ejemplo de estas ayudas con nombres y apellidos aparece en el Boletín Oficial de las Islas Baleares    del 19 de junio de 2018 bajo el epígrafe «Bases reguladoras de ayudas económicas para la financiación de gastos de proyectos de inversión destinados a entidades privadas sin ánimo de lucro para servicios de Servicios Sociales en el ámbito de menores y discapacitados en la isla de Ibiza, para los años 2017-2018».

Según se desprende en las bases de la convocatoria para estas ayudas, éstas van dirigidas a «las entidades y las asociaciones privadas sin ánimo de lucro inscritas en el Registro Unificado de Servicios Sociales de la CAIB que tengan por objeto la prestación de servicios de atención al colectivo de personas discapacitadas o menores» dentro del ámbito de la isla de Ibiza y que haya solicitado u obtenido la autorización administrativa de servicio de Servicios Sociales.

Sólo cumplía Amadiba

La única asociación que cumplía con estas características en esos momentos, según ha podido saber Periódico de Ibiza y Formentera, es la propia Amadiba, por lo que esta convocatoria de subvenciones, por un importe de 600.000 euros, iba dirigida a hacer frente a la enorme deuda que ya estaba acumulando la institución con la entidad, y que a día de hoy, supera el millón y medio de euros.

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Asimismo, los gastos subvencionables cubrían un amplio abanico de espectros para que Amadiba no tuviera ningún problema a la hora de resultar adjudicataria. Entre otras cosas se consideraban subvencionables los gastos de adecuación o mejora de los elementos que conforman el centro o vivienda «para obtener las condiciones necesarias reguladas en la normativa vigente en materia de autorizaciones y acreditaciones administrativas». Esto englobaba la adecuación de las redes de saneamiento, agua, gas, electricidad y calefacción; la adecuación de baños y cocinas; la mejora del aislamiento térmico o acústico; la supresión de barreras arquitectónicas y la innovación o mejora de la calidad del servicio. También se preveía la dotación de equipamiento como mobiliario y maquinaria.

Esta forma tan inadecuada de financiar a entidades sin ánimo de lucro ya fue denunciada públicamente por la propia gerente de Amadiba, Jane King, que ya en diciembre de 2019 criticaba en las páginas de este periódico que «las entidades funcionan con subvenciones precarias que se pagan a año vencido».

Subvenciones insuficientes

Unas subvenciones que también calificaba de «insuficientes» y que «se piden a año vencido y llegan al cabo de un año». Esto supone que «son dos años en los que se tiene que mantener el gasto», lo que en muchos casos puede provocar que no se pueda seguir facilitando el servicio.

La situación de mala financiación llegó a tal extremo que, como solución, «una funcionaria me llegó a decir que haga paellas solidarias. Eso es como si yo te digo que tienes que hacer una paella para pagar la educación de tus hijos. Nuestra plantilla la forman profesionales, no voluntarios, que atiendan cada tarde o cada mañana a los usuarios. No es un proyecto de una excursión para irse a Port Aventura. La subvención está bien para eso, pero para el día a día no es suficiente», afirmaba la gerente de Amadiba.