Aún no se ha instalado la marquesina en el puerto de Ibiza, lo que produce que haya que esperar a la intemperie. | Daniel Espinosa

La jornada de este miércoles comenzó en alerta amarilla por lluvias, pero no fue hasta primera hora de la tarde cuando llegaron las lluvias intensas que, una vez más, volvieron a colapsar el tráfico y las entradas y salidas a la ciudad de Ibiza. De esta manera, las estampas clásicas de cuando las lluvias se mezclan con el turismo se dieron una tras otra. Una vez más, turistas y residentes tuvieron que esperar taxis a la intemperie en la parada del puerto de Ibiza, pues aún no se ha instalado la marquesina del puerto. El mes pasado, el concejal Aitor Morrás afirmó a este rotativo que se instalarían unos toldos de vela como solución previa a la maquesina definitiva, algo que no ha pasado en ningún caso y se siguen reflejando colas de gente esperando a la intemperie haga sol o llueva.

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Otra estampa clásica se encuentra en el polígono Eurocentro, en el torrente de sa Llavanera. Allí, una vez más, los vecinos tuvieron que soportar el hedor de las aguas fecales que inundan el caudal del torrente cada vez que llueve. «¡Esto lleva más caudal que el Ebro, pero de mierda!», comentaba uno de los vecinos, hastiado ante la situación que viven desde hace años. También se registraron vertidos fecales en el puerto de Ibiza, en concreto, a la altura de la estatua del Pescador pese a que ya funciona desde hace tiempo el tanque de tormentas. APB desplegó la barrera de contención del vertido.