Imagen de la banda.

Sopa de Cabra es uno de los grandes grupos de la historia de la música en España. Cantando en catalán han hecho himnos que se han cantado por todo el país y aún hoy siguen llenando estadios y agotando sus entradas. Su próxima parada será mañana en el Sant Pepe Rock junto a Joven Dolores dentro de la gira con la que celebran el 30 aniversario de Ben endins, su disco que grabaron en directo en la sala Zeleste de Barcelona y que a día de hoy sigue siendo el más vendido en la historia del rock catalán. Su líder y cantante es Gerard Quintana.

* Regresan al Sant Pepe Rock más de treinta años después. ¿Cómo afrontan el concierto?

—Muy contentos porque venimos de un período donde la música ha hecho mucha falta. Y porque ahora por fin, si nada se tuerce, podremos volverla a disfrutar en plenitud.

* ¿Cómo recuerda aquel concierto?

—Con muchísimo cariño. Éramos unos jóvenes inconscientes y aún guardo alguna foto en la que estoy sentado en el banquillo del equipo visitante del campo de fútbol. Además, recuerdo que veníamos presentando nuestro segundo disco por lo que este año será aún más especial al recordar los 30 años de aquel Ben Endins.

* ¿Le enganchó tanto la isla que desde entonces ya es casi un ibicenco más?

—Casi. Antes de aquel Sant Pepe Rock yo era más de Formentera porque veía a Ibiza muy alejada de lo que a mi me gustaba. Las discotectas ni ese tipo de fiestas van conmigo. Sin embargo, en aquel viaje descubrí otra Ibiza que me acabó por conquistar.

* Dice que ha hecho mucha falta la música. ¿Por qué es tan especial?

—Porque crea comunidad y mejora nuestra salud colectiva.

* ¿Una canción puede cambiar el mundo?

—No sé si tanto pero si puede alterar los corazones de quien la escucha. De hecho ya hay países como Suiza en los que en 2012 se cambió su constitución para incluir a la música como uno de los cuatro pilares de la formación de cada ciudadano. Además, ya hay estudios donde se ha demostrado los avances neuronales que provoca la música.

* Ojalá se hiciera obligatoria en la educación en España...

—Sin duda.Estoy seguro que si se estudiara en la escuela tendríamos más adultos que amarían las matemáticas porque están íntimamente relacionadas. Además, potencia el trabajo en equipo ya que en una orquesta o en un grupo todo tiene que funcionar a la perfección para que todo salga bien y eso ayuda a crear vínculos que no se olvidan fácilmente.

* ¿Y a unir culturas?

—Por supuesto. Nos ayuda a comprender que vivimos en un mundo global donde todos somos parte de una misma especie. Un Do, un Mi o un Re son iguales en todo el planeta.

* Sopa de Cabra llevá más 30 años sobre los escenarios. ¿Esto lo podrían lograr los grupos de hoy en día?

—No lo se. En la música ahora es todo mucho más vertiginoso y los discos se publican por inercia. Fíjate que antes los grandes éxitos que sonaban todos los días en la radio podían durar hasta seis minutos y ahora eso sería impensable porque todo va mucho más rápido pensando en un consumo más inmediato.

* ¿Ahora es más difícil crear canciones que pervivan en la memoria colectiva?

—Tal vez sea más difícil pero no podemos olvidar que la música tiene la capacidad de parar el tiempo. En ese sentido es longeva porque nos ayuda a cambiar nuestro estado de ánimo. Al final la música primero se siente y luego se entiende y por eso forma parte de nuestros recuerdos sin necesidad de que sean cronológicos. Su capacidad para parar el tiempo es lo que hace que una canción sea eterna.

* ¿Se hacía mejor música antes que ahora?

—Esa es una afirmación subjetiva. Yo lo puedo pensar pero no afirmar. Si que veo que ahora la música se hace a granel pensando en la gran cantidad que se almacena en listas de reproducción que pueden ser infinitas.

* Da la sensación de que antes se valoraba más un disco...

—Sin duda. Antes podías pasar meses persiguiendo un disco y luego escucharlo era una especie de ritual en el que te rodeabas de amigos con gran emoción. Y luego en casa le dabas vueltas durante meses porque también había menos oferta. Ahora todo es mucho más efímero y hay mucha más música que elegir. Y tal vez eso le haga perder algo de valor.

* ¿Qué piensa del resurgir del vinilo?

—Me parece positivo pero es un resurgir relativo. Es bueno que vuelva porque con el cd nos hicieron trampa vendiendo bondades que no fueron tales. El tamaño de la gráfica, las imágenes, el sonido... con todo salimos perdiendo. Pero digo que es relativo porque al final el disco más vendido de Estados Unidos, el Abbey Road de The Beattles apenas llegó a las 100.000 copias vendidas.

* Ustedes también suman cifras récords de ventas... Ben Endins sigue siendo el más vendido del rock en catalán. ¿Cuál es el secreto de Sopa de Cabra?

—Tal vez nuestro amor por la música y por lo que hacemos. También que desde un primer momento lo entendimos como una manera de vivir más allá de las notas y las canciones y que siempre lo hemos dado todo a la hora de compartir nuestras inquietudes. De todos modos no fuimos, no somos ni seríamos nada sin la gente que escucha nuestras canciones. Sin todos esos que las hacen suyas Sopa de Cabra no sería nada.

* Y cantando en catalán. ¿Han demostrado que un idioma es fuente de cultura y no una barrera?

—Por supuesto. Cada idioma es un lugar de encuentro lleno de luces y paisajes diferentes. Es un tesoro a cuidar y lo digo yo que he cantado con Sopa de Cabra chapurreando en inglés, en castellano y en catalán.

* De hecho ha estado recientemente compartiendo escenario con Kiko Veneno o Ariel Roth.

—Y con Muchachito Bombo Infierno. Cada uno con su lengua y su estilo propio y fue una experiencia maravillosa. Escuchar como letras de Albert Camus, Joselito, Los Rodríguez o Pau Ribas sirven para unir y no para separar es maravilloso.