El alcalde de Ibiza, Rafa Ruiz, admitió ayer que el expediente abierto por el Consistorio a la empresa pública Abaqua del Govern, responsable de la depuradora de Ibiza, es básicamente «una petición de información para ver cómo están las cosas». Este expediente fue anunciado por el Ayuntamiento la semana pasada, tras un nuevo vertido de aguas fecales en el torrente de sa Llavanera.

Ruiz defendió tibiamente la gestión de la Conselleria autonómica de Medio Ambiente, responsable de Abaqua, al recordar que ha anunciado la intención de realizar nuevas inversiones en la depuradora de Vila con el objetivo de acabar con estos vertidos. En este sentido, Abaqua anunció recientemente una inversión extraordinaria de 1,6 millones de euros para mejoras en estas instalaciones, obsoletas desde hace años y que en los últimos meses han provocado vertidos de aguas fecales en varios puntos de la ciudad. Sin embargo, es el torrente de sa Llavanera donde la situación es más grave. Abaqua prevé invertir este presupuesto en el cambio de la maquinaria mientras que ya cuenta con otra partida de 1,2 millones de euros para otras mejoras.

El alcalde, por otro lado, también indicó que la depuración del agua «es un problema en todo el país». Y, como ya ha hecho en otras ocasiones, subrayó que la depuradora de Ibiza no solo da servicio a la capital ibicenca sino que también recibe aguas fecales de otros municipios.

El alcalde recordó que las obras de construcción de la nueva depuradora, con un presupuesto de 45 millones de euros, están en marcha, pero que también están sufriendo retrasos. Una demora que Ruiz achacó a que se cambió el trazado de la instalación después de que fueran adjudicadas las obras por parte del Ministerio de Transición Ecológica. «El ritmo lento de construcción de la depuradora es porque se ha cambiado el recorrido del trazado», explicó, «se cambió cuando ya estaba adjudicada la obra». Una explicación que, sin embargo, poco tiene que ver con la ofrecida por la presidenta del Govern, Francina Armengol, que recientemente culpó al Consell d’Eivissa de este retraso por los hallazgos arqueológicos en la zona de las obras.

Rafa Ruiz, finalmente, admitió que «la depuración es deficitaria». Pero también insistió en que tanto el Ayuntamiento como la Conselleria autonómica de Medio Ambiente van a «intentar trabajar» en la depuradora de Vila para evitar los actuales problemas. El primer edil, finalmente, pidió que nadie ponga «piedras en el camino de la depuradora nueva».