Martín Ceballos recién llegado a la orilla de ses Salines. | Daniel Espinosa

El artista y compositor Martín Ceballos, integrante del grupo Dvicio, consiguió ayer un nuevo reto tras cruzar a nado los 18 kilómetros de distancia que separan Formentera de Ibiza. Según Juan José Serra, de la empresa Ibiza Blue Challenge, encargada de organizar estos trayectos, Martín Ceballos estableció este martes una de las mejores marcas del cruce a nado entre ambas islas.

«Ha invertido cuatro horas y 53 minutos en enlazar las dos costas, consiguiendo la segunda mejor marca de este ránking», explicó tras la llegada del artista a la playa de ses Salines. El músico realizó este reto bajo el lema El Cruce del Martín, con el objetivo de concienciar sobre la importancia de cuidar los océanos y recaudar fondos para la fundación ambiental Ibiza Preservation.

«Se ha documentado toda esta aventura con la idea de obtener una mayor difusión y conseguir más ayudas económicas para la entidad», subrayó el artista mientras se recomponía de la travesía marina.
6.000 euros

Según Martín Ceballos, se han recaudado, por el momento, 6.000 euros. No obstante, tanto el artista como la fundación ambiental Ibiza Preservation esperan más participación. «Gestos como el de Martín supone poner en valor nuestro patrimonio natural, la protección del medio ambiente y del mar Mediterráneo», subrayó Inma Saranova, directora de la fundación ambiental Ibiza Preservation.

Asimismo, esta gran activista, además de denunciar el estado de degradación del mar y la situación tan «precaria» y «frágil» que sufren los océanos, también quiso poner en valor a la posidonia en esta época estival.

«Estas plantas son los pulmones del mundo. Nos alegra mucho que, cada vez más, los empresarios y hoteleros sean conscientes de que la posidonia no es basura sino el tesoro que nos permite estar en esta playa sin que la erosión lo haya convertido todo en roca. Dicen que una de cada dos respiraciones se la debemos a ella», explicó Saranova, mientras celebraba con Martín la consecución de este gran reto solidario.

El artista, que empezó a abrazar a sus amigos y a toda su familia al llegar a la orilla, destacó que se sentía «genial». «Estoy encantado. Es cierto que a los 10 kilómetros he llegado a un tramo más complicado porque la corriente era más fuerte, pero enseguida he vuelto a coger el ritmo y he disfrutado muchísimo de la travesía», subrayó emocionado a Periódico de Ibiza y Formentera.

Pablo Abadía, su entrenador desde que se propuso este desafío marino, asentía sus palabras orgulloso. «Llevamos desde septiembre entrenando. Martín estaba más que preparado para afrontar este reto», subrayó Abadía. En este sentido, subrayó que hicieron las paradas de avituallamiento cada 35 minutos. «Han consistido en el suministro de batidos de proteínas e hidratos», puntualizó.

Complicaciones

Además de algunos tramos más complicados por las corrientes, Martín sufrió la picadura de una medusa durante el comienzo de la travesía y un problema causado por los residuos plásticos en el mar.

«Una bolsa se enredó en mi pierna al llegar a la playa», apuntó. En este sentido, según la Agencia Europea de Medio Ambiente, el mar Mediterráneo es el mar más contaminado del mundo. Una circunstancia que motivó este desafío por parte de Martín. «Mi amor por Ibiza y esta degradación son los motivos por los que elegí esta travesía», apuntó.

Este cruce a nado se suma a sus últimas aventuras como la subida al monte Kilimanjaro o las labores de limpieza de playas y fondos marinos en Tenerife. Este activista promete luchar siempre contra la contaminación en el mar y la protección de los océanos.