Antonia María Cirer, doctora en Biología y catedrática en Ciencias Naturales, durante su intervención. | Marcelo Sastre

Expertos nacionales de primer orden participaron este viernes en la jornada que el Consell d´Eivissa dedicó a la lagartija y a su fragilidad debido a la invasión de serpientes. Con mayor o menor intensidad, todos los participantes alertaron sobre los peligros actuales que amenazan la especie, principalmente la presencia de serpientes.

La doctora en Biología y catedrática de Ciencias Naturales, Antonia María Cirer, centró su intervención en la conservación preventiva de las lagartijas. Para comenzar, celebró la organización de la jornada puesto que es «muy positivo que, de una vez, nos pongamos todos a hablar sobre la problemática de las lagartijas y con qué recursos contamos para actuar de manera efectiva».

Cirer reconoció la «inquietud social» existente en Ibiza a la hora de combatir la invasión de ofidios: «La gente ha visto de manera directa cómo en sus casas han ido desapareciendo las lagartijas a medida que han ido apareciendo las serpientes. Ello nos ha colocado en un estado de alerta para ver qué es lo que podemos hacer. El problema es que las serpientes van más rápido que las medidas que podamos aplicar y, por lo tanto, hay que dar un paso adelante y realizar alguna acción más eficiente».

«Paños calientes»

En este sentido, Cirer lamentó que, por el momento, solo se han aplicado «paños calientes» al problema. De nuevo, la experta defendió la implantación de controles de todos los materiales que llegan al puerto porque «las islas somos muy vulnerables al tráfico globalizado de mercancías». También reclamó la colocación de más trampas por toda la isla para conseguir rebajar la población de ofidios, además de implantar medidas de protección para la lagartija «porque no podemos permitir que se pierda esta especie».

De esta manera, recomendó que una de las acciones preventivas que pueden llevarse a cabo mientras se encuentran otras fórmulas de protección es buscar pequeños territorios donde poder frenar la entrada de serpientes, manteniendo el hábitat natural de la lagartija.

La doctora en Biología recordó el peligro en el que se encuentran otras especies en Ibiza precisamente debido a la falta de controles en la entrada de mercancías: «Ahora son las lagartijas, pero mañana será otra cosa. Hay que ir un paso por delante y darse cuenta de que la biodiversidad de cada isla en el mundo debe ser preservada y la única forma es que la legislación internacional sea consciente e instaure controles cuando estas mercancías lleguen a una isla».

El biólogo Jaume Estarellas, moderador de los ponentes, también destacó el «gran impacto social» que está provocando en Ibiza la invasión de serpientes. «La ciudadanía está respondiendo de manera ejemplar», puntualizó.

Estarellas reconoció que, a la hora de abordar la situación, existen visiones bien diferentes entre los propios investigadores. Así, se se refirió a los más pesimistas, que no descartan la desaparición de la lagartija en unos diez años, y habló también de otros expertos que consideran que la naturaleza todavía debe decir su última palabra y conseguir el equilibrio entre especies.

El biólogo consideró que, de no actuar, puede llegarse a la situación de Mallorca o Menorca, donde las lagartijas llegaron a desaparecer por la introducción de serpientes. «Aunque sea muy difícil erradicarlas, hay que reducir la población de tal manera para lograr que los riesgos medioambientales sean los mínimos posibles», concluyó.

«Situación muy preocupante»

Una de las ponentes, Elba Montes, doctora por la Universidad de Valencia, presentó en la jornada un resumen de su tesis doctoral sobre la historia natural y los impactos en Ibiza de un ofidio invasor como es la serpiente de herradura. La experta puso de manifiesto los resultados de su estudio sobre la reproducción del reptil o la presión por depredación, así como la dieta de las serpientes.

Para Montes, es necesario dar la voz de alarma puesto que en Ibiza «la situación es muy preocupante y, por el momento, nada está cambiando, por lo que hay que adoptar medidas más contundentes».

«Las serpientes son unos animales muy difíciles de capturar, aunque se cojan muchos ejemplares con las trampas. Es difícil cuantificar las poblaciones y saber qué está pasando con ellas. Por ello, es fácil que aparezcan por sorpresa en lugares donde antes no se habían visto. En Ibiza, es alarmante porque se están expandiendo por toda la isla», explicó.

Montes constató que, en zonas donde existe una gran densidad de serpientes, las poblaciones de lagartijas han desaparecido, una situación que ya se está produciendo en determinados islotes.
«Estamos viendo serpientes que nadan, que pueden llegar a los islotes donde hay subespecies de lagartijas que son únicas en el mundo y que están en peligro», añadió.

Además, reconoció que la zona noreste de Ibiza registra ahora una gran densidad de serpientes, aunque preocupa también su aparición en otras áreas como el Parque Natural de Ses Salines.