Una de las tortugas nacidas en Ibiza y devuelta al mar. | CAIB

El conseller de Medio Ambiente y Territorio, Miquel Mir, ha participado este jueves en la suelta de tres tortugas marinas (Caretta caretta) en Cala Agulla.

Los ejemplares nacieron en la primera puesta que hubo en Ibiza en 2019 y hasta ahora habían estado recuperándose en Palma Aquarium de varios problemas de salud.

Mir ha explicado que han asumido un «gran reto de conservación», consecuencia directa de la emergencia climática, aunque «gracias a la tarea del personal técnico de la Conselleria y de los centros colaboradores ha sido un éxito».

El conseller ha aprovechado la conmemoración del Día mundial de la tortuga marina para recordar que la nidificación de la especie será cada vez más frecuente. En este sentido, ha asegurado que en Baleares se está preparado para recibir a estos animales, aunque se necesita la colaboración de la sociedad para proteger los nidos y los huevos, sobre todo ahora que empieza la época de nidificación.

Los tres ejemplares son hembras y una de ellas irá equipada con un dispositivo GPS para poder hacer el seguimiento. Así, 'Peque' pesa 6 kilos y 34,1 centímetros; 'Busi' pesa 5,6 kg y mide 34,5 centímetros y 'lo', 4,35 kg y 31,5 centímetros. La suelta se ha hecho con la participación del CEIP s'Auba de Capdepera.

El Govern ha recordado que ya ha empezado la época de nidificación de esta especie, por lo cual es importante la colaboración ciudadana para proteger los ejemplares y los huevos.

Desde el Consorcio de Recuperación de Fauna de Baleares han señalado además que, si se detecta un rastro de tortuga o un ejemplar, se tiene que llamar inmediatamente al 112 para activar el protocolo; no hay que acercarse al animal ni grabarlo o utilizar luces estridentes en su entorno.

Para concienciar a la ciudadanía de la necesidad de actuar de forma responsable si se encuentra con un ejemplar, el Consorcio ha editado un vídeo con los pasos a seguir al ver una tortuga marina o su rastro.

La tortuga marina es una especie catalogada como vulnerable. Históricamente, ha nidificado en el Mediterráneo oriental, pero los últimos años ha intensificado el número de puestas en la vertiente occidental, un fenómeno que los científicos relacionan con la emergencia climática y el incremento de la temperatura del mar.