Los controladores aéreos de Palma se ven afectados por las restricciones de tráfico que imponen los controladores galos.

Las huelgas de los controladores aéreos de Marsella de este verano, que van a repetirse sí o sí en los próximos meses, han hecho saltar todas las alarmas en el sector turístico balear. Hoteleros, transportistas, agencias de viajes y empresarios de todos los sectores productivos de las Islas no entienden muy bien el «poder» que tiene control Marsella ACC, más aún cuando en las últimas semanas ha circulado de forma generalizada el espacio aéreo que queda bajo su gestión y regulación.

En el gráfico adjunto se puede apreciar el espacio aéreo que controla y que llega hasta la altura de Mallorca y Cerdeña. La explicación de ello es puramente geopolítica y derivada del final de la II Guerra Mundial. Francia impuso sus condiciones y aproximó su espacio aéreo lo más cercano posible de Argelia, por entonces algo más que una simple colonia francófona en el norte de África.

Más alternativas

Es precisamente el espacio aéreo próximo a Argelia el que patronales y empresarios turísticos reivindican para los centros de control españoles, en este caso Barcelona y Palma. Y es lo que piden al Gobierno español para que presione ante Bruselas y organismos competentes. Si se consigue, el centro de control de Marsella perderá todo su poder de presión al propiciar que haya más alternativas.

Esta petición está más que justificada, ya que cuando Marsella convoca un paro o una huelga las aerolíneas se ven obligadas a reprogramar el trayecto de todos sus vuelos para evitar el espacio aéreo francés. Esto implica ampliar la duración del vuelo, un mayor gasto de combustible y retrasos en la salida y llegada en los aeropuertos. Una huelga de Marsella afecta de lleno a Son Sant Joan, ya que todo el tráfico procedente del Reino Unido, Alemania, Escandinavia y países centroeuropeos tiene que pasar por espacio aéreo galo. Una huelga obliga a las aerolíneas a buscar rutas alternativas (ver gráfico adjunto). El problema se agudiza más si a Marsella se suma el centro de control de Burdeos, ya que en esta coyuntura Francia se convierte en un auténtico cuello de botella, por no decir un tapón aéreo.

Patronales y sector turístico balear pasan la pelota al Govern y al Gobierno central, más en un momento donde la iniciativa del cielo único europeo está encima de la mesa de Bruselas y que tiene por objeto aumentar la eficiencia de la gestión del tránsito aéreo y los servicios de navegación.

Eurocontrol

En la actualidad la gestión del espacio aéreo europeo queda ajo gestión de Eurocontrol, que es el nombre abreviado de la «Organización Europea para la Seguridad de la Navegación Aérea» (en inglés, European Organisation for the Safety of Air Navigation). Esta organización se fundó en Bruselas (Bélgica) en diciembre de 1960, siendo sus promotores los seis países siguientes: Alemania, Bélgica, Francia, Luxemburgo, Países Bajos y Reino Unido.

En los años 80, el aumento del tráfico aéreo impulsó el crecimiento de Eurocontrol y la cooperación entre sus miembros. En octubre de 1988, se creó la unidad central de gestión de tráfico, CFMU (por sus iniciales en inglés, Central Flow Management Unit) para centralizar el control del tráfico aéreo en Europa y utilizar el máximo de la capacidad existente.

Curiosamente, antes de su creación en España operaban lo que se denominaba en sus siglas inglesas DSO, la Oficina de Servicio de Despegues. Eran eficaces siempre y cuando Marsella no anunciara ningún conflicto laboral. En ese caso estaban a expensas de las veleidades y exigencias de los controladores galos.

El apunte

USCA aplaza hasta el 29 de julio si hace o no huelga

El sindicato de controladores aéreos españoles USCA ha anunciado que aplaza hasta el próximo día 29 su decisión final para concretar si convoca o no huelga en los centros de control, entre ellos el de Palma. Las reuniones mantenidas con responsables del Ministerio de Transportes ha calmado, de momento, los ánimos. El sindicato espera que a lo largo de las próximas semanas    «las palabras de la secretaria de Estado se reflejen definitivamente en acuerdos concretos y efectivos». El centro de control de Palma, de momento, es reacio a secundar ningún tipo de huelga, más aún tras la visita al aeropuerto del director general de Enaire, Ángel Luis Arias. El sector turístico balear espera que al final no haya conflicto laboral.