Imagen de la moto denunciada por los vecinos.

Vecinos del alcalde de Ibiza, el socialista Rafa Ruiz, han denunciado en la Línea Verde del Consistorio que el primer edil ha acondicionado un espacio en la calle en la que reside para poder aparcar su moto en un lugar en el que no estaría permitido el estacionamiento de este tipo de vehículos. Según relatan estos vecinos a Periódico de Ibiza y Formentera, el socialista habría ordenado a personal municipal desplazar unos metros parte de los contenedores de basura y colocar un pilón con el fin de tener un espacio en el que aparcar su scooter.

Los mismos vecinos afirman que operarios municipales «han ampliado la acera» en ese punto, de tal manera que «solo ha quedado el espacio en el que el alcalde aparca la moto». Aseguran que, además, «al mover los contenedores, se evita que le llegue el olor de la basura y el ruido del camión cuando los vacían».


La respuesta

Desde el Ayuntamiento de Ibiza desmintieron este jueves estas quejas vecinales y afirmaron que en esa calle se colocó un pilón, igual que en otras del municipio, porque los camiones de basura se encontraban coches aparcados cerca de los contenedores y tenían problemas para maniobrar. En este sentido, en ese espacio que ha quedado habilitado entre el pilón y la acera puede aparcar cualquier moto, no es un espacio reservado para el alcalde. Respecto a que se desplazaron los contenedores, desde el Consistorio afirmaron que se movieron porque se instalaron los de materia orgánica, igual que se han movido en otros puntos del municipio cuando se ha puesto en marcha la recogida de materia orgánica.

Otros residentes en la zona han tenido problemas por «dejar sus bicis en los árboles que hay al lado». «Cuando dejas ahí la bici, aparece rápido la Policía Local para llevársela», afirman.

Para estos vecinos, «no es aceptable» la actitud que, según denuncian, mantiene Ruiz en el barrio. Así, afirman que el primer edil «ordena asfaltar el trozo de calle en el que está su casa al más mínimo problema, cosa que no se hace en ninguna otra parte de este barrio y, con la excusa de acabar con las barreras arquitectónicas, se ha cargado una acera por la que nadie puede subir o bajar con una silla de ruedas». «Lleva años haciendo lo que le da la gana y ya estamos cansados», concluyen.