El eterno problema de la falta de aparcamiento vuelve a planear sobre Sant Jordi. Vecinos y comerciantes siguen denunciando la situación de saturación de coches que padece este pueblo de Sant Josep, una circunstancia que se manifiesta en la gran escasez de plazas de estacionamiento que existe en esta época del año.

Para los vecinos del pueblo, uno de los responsables que hay detrás de esta coyuntura son los viajeros que utilizan «de forma asidua» las calles y los aledaños de la zona como ‘parking’. «Es muy habitual encontrar estacionados a vehículos de fuera de Sant Jordi que utilizan estas plazas antes de coger un autobús o un taxi hacia el aeropuerto», destacó Margarita Torres, vecina de Sant Josep.

Según esta mujer, el aparcamiento en Sant Jordi se convierte, a diario, en toda una odisea. «He dado decenas de vueltas antes de conseguir una plaza. He ido a la zona del centro de salud, pero estaba llena. También he ido al parking que está enfrente de la pastelería próxima al CEIP Sant Jordi, pero más de lo mismo», puntualizó esta docente del centro. En este sentido, Margarita Torres subrayó que muchos lunes, antes de entrar a trabajar, observa cómo varias personas bajan en la parada del autobús con sus maletas buscando sus coches estacionados en Sant Jordi. «He visto a diversos viajeros bajar de un transporte público con su equipaje y subirse a su vehículo que, a lo mejor, ha estado aparcado aquí durante semanas», apuntó Joan Cardenas, uno  de sus acompañantes en la mesa. Muy cerca de ellos, la camarera del restaurante Sangrantana Yolaide Arbelo atendía a decenas de clientes en la terraza del local.

La trabajadora Yolaide Arbelo, del restaurante Sangrantana.

«Llevo trabajando aquí más de 14 años y la problemática del estacionamiento siempre ha sido un quebradero de cabeza para los vecinos», subrayó a Periódico de Ibiza y Formentera sin suspender ni un momento su faena.

En este sentido, fueron varios comerciantes los que se quejaron de las dificultades que supone para sus clientes encontrar aparcamiento en Sant Jordi.

Isabel Castellar y Paula Costa, trabajadoras del taller de costura Zic Zac.

«Varios usuarios se han quejado de las vueltas que tienen que dar para encontrar sitio en la zona», explicó Isabel Castellar, propietaria  del taller de costura Zic Zac, mientras su compañera Paula Costa asentía a sus palabras. Sin ir más lejos, según varios trabajadores, los clientes de algunos locales se ven obligados a dejar sus vehículos temporalmente en zonas restringidas para entrar al establecimiento.

Es el caso de las zonas de carga o descarga o en la parada de autobús. «A veces, los clientes tienen que ‘inventarse’ nuevos espacios para dejar sus coches», puntualizaron. Asimismo, el trabajador Víctor Pujavi, un comercial que cubre el pueblo de Sant Jordi, destacó    que es indiferente si son plazas de aparcamiento en la gran avenida o son estacionamientos ubicados en las calles secundarias del pueblo, siempre hay vehículos que no son de la zona, especialmente los fines de semana. «En verano se convierte todo en un auténtico caos. Está todo saturado», apuntó mientras se bajaba de la furgoneta de reparto.

El trabajador Víctor Pujavi.

También señaló que por su cercanía al aeropuerto, Sant Jordi se convierte en un verdadero parking improvisado para los pasajeros. «Hace poco coincidí con un vecino de Santa Eulària, que volvía de Barcelona, y se bajó aquí para volver en su coche al municipio», puntualizó.

Aumentan las quejas

Sin duda, esta continua problemática hace que las quejas, por parte de los residentes y trabajadores, aumenten verano a verano. «El pueblo crece cada año, pero no las plazas de aparcamiento. Con el tiempo nos costará más estacionar», subrayaron los residentes.

En esta línea se mostró también la vecina Karola Iglesias. «Los usuarios han tomado Sant Jordi como alternativa. Es cierto que no infringen ninguna norma, pero este comportamiento perjudica al pueblo», explicó indignada.

Además, recordó que el Ayuntamiento de Sant Josep habilitó una zona azul, pero no es efectiva, «fue un intento de asustar, pero nada». Señaló que este aparcamiento es con uso obligatorio del reloj, una utilización    que nadie cumple. «Tenemos coches aparcados desde hace días», aseguró.Junto a Karola Iglesias estaba Margarita Torres que insistió: «Los aparcamientos del pueblo han quedado saturados desde que acotaron los aparcamientos irregulares en las inmediaciones del aeropuerto de Ibiza». Además, no dudó en comparar Sant Jordi con los aledaños del aeropuerto.

Explicó que esta problemática se intensifica en las zona del aeródromo, ocasionando problemas circulatorios. «Vino una vez la ambulancia a recoger a mi suegra y tuvo que poner la sirena porque no podía acceder a la vivienda. Hasta los propios vecinos tienen que dejar mal estacionado el coche en su puerta para poder aparcar», puntualizó. Desde el Ayuntamiento de Sant Josep destacaron que ya contemplaron la regulación del uso de las plazas de aparcamiento en la vía pública mediante la implantación de zonas de aparcamiento regulado.   

«La normativa funciona»

«Esta normativa funciona, las personas que incumplen esta ordenanza son sancionadas», explicaron desde el Consistorio.

No obstante, los usuarios no disponen de parquímetro sino que deben controlar con relojes la zona azul de Sant Jordi. En estos relojes, colocados en el salpicadero, se debe indicar la hora de entrada y la de salida del estacionamiento para regular así que el vehículo no permanezca más de dos horas ocupando el aparcamiento. «Los agentes se desplazan diariamente para comprobar que se cumple la ordenanza», explicaron.

Además, dichas fuentes subrayaron que estos viajeros que aparcarn sus vehículos en Sant Jordi no incumplen ninguna norma de estacionamiento, a no ser que estos coches permanezcan más de dos semanas en el mismo sitio inmovilizados.

También subrayaron que los conductores de coches eléctricos pueden tardar dos horas, como máximo, en recargar sus vehículos.