Una de las incautaciones de droga que ha hecho la policía ‘josepina’ este verano.

El Ayuntamiento de Sant Josep ha interpuesto este año 57 denuncias por venta ambulante; otras 215 por delitos relacionados con el tráfico de drogas y ha interceptado 25 taxis pirata. Es el balance inicial de la labor realizada en el municipio contra estas prácticas ilegales.

La Policía Local de Sant Josep destacaba estos días en sus redes sociales que precisamente la venta ambulante no es un problema exclusivo de las playas y calas, sino que los controles en esta materia se realizan también en otros enclaves de la localidad. De hecho, el pasado miércoles dos vendedores ambulantes fueron denunciados en Sant Josep y podrían enfrentarse a multas de hasta 30.000 euros. En el caso de las personas implicadas en el tráfico de drogas, las sanciones pueden oscilar entre los 600 y los 30.000 euros.

El Consistorio josepí considera que los datos registrados en lo que va de temporada difícilmente pueden compararse con los obtenidos en los últimos años, cuando todas las actividades -también las ilegales- se vieron reducidas debido a la pandemia.

Según informan desde el Ayuntamiento, actividades como la venta ambulante suelen registrarse en las playas de Sant Josep más concurridas aunque, al mismo tiempo, es en estas calas donde más se está reforzando ahora la vigilancia policial. «También se trabaja para interceptar a los vendedores cuando van y vienen. Ya no se espera a la playa, donde puede resultar más complicado», señalan desde el Consistorio.

Lo mismo sucede con el tráfico de drogas, concentrado en determinadas zonas del municipio bien conocidas por sus locales de ocio. Hace escasos días, la Policía Local detuvo en Platja d´en Bossa a un joven con 166 pastillas de MDMA. El detenido trató de resistirse a los policías, llegando a atacar a varios efectivos, por lo que fue denunciado también por un delito de atentado contra los agentes de la autoridad.

En relación a los taxis pirata, desde Sant Josep reiteraron ayer que el hecho de haber instalado en el aeropuerto dos cámaras de vigilancia lectoras de matrículas está provocando un importante efecto disuasorio, por lo que la actividad de estos conductores ilegales se está reduciendo en la zona de es Codolar para trasladarse a las playas más conocidas de la localidad, principalmente a primera y última hora del día.

Resultados

Recientemente, la teniente de alcalde de Acción Económica, Gobernación y Protección Civil, Pilar Ribas, reconoció a Periódico de Ibiza y Formentera su satisfacción con el resultado inicial de la instalación de las cámaras al poder constatar una menor presencia del transporte ilegal en la zona del aeropuerto. Ribas reiteró cómo habían detectado en el lugar un descenso importante en el número de ‘piratas’ respecto a años anteriores.

Sobre cómo actúa el Ayuntamiento cuando intercepta un taxi pirata, la edil recordó que, en principio, se retira el vehículo al infractor y se le interpone una multa de 6.000 euros, como mínimo. Al mismo tiempo, tratan de detectar todas las faltas administrativas o delitos que puedan ser imputados al conductor en ese momento, como viajar sin seguro o sin haber pasado la inspección obligatoria.

Sobre el desplazamiento de muchos piratas a zonas de playa, Ribas recordó que lugares como Salinas han sido un punto caliente a principios de verano puesto que se ha detectado allí una afluencia anormal de estos conductores ilegales. «Ellos se van desplazando y hay que pensar que tenemos un municipio muy extenso, con 23 playas y 80 kilómetros de costa, por lo que es complicado. Es gente que se mueve mucho, aunque intentamos detectar y controlar los puntos calientes y creemos que el esfuerzo vale la pena porque la tónica general en el municipio es que está bajando este tipo de actividad», destacó.