Un trabajador de Agroevissa coloca cajas en la cámara frigorífica. | Irene Arango

Subida de costes de 30% a un 40% y precios ajustados a mercado. Los agricultores ibicencos no están para tirar cohetes este verano. El beneficio que ellos obtienen queda lejos de los precios disparados que vemos en el supermercado.

«Si los inputs suben de precio: combustible, electricidad, fertilizantes… tenemos como resultado esta subida de precio. Con este panorama a nosotros ya nos gustaría subir precios, pero el mercado manda. Por los costes que tenemos deberíamos vender más caro, pero nadie nos compraría», explica el gerente de Agroeivissa, José Mayans.

Un junio excepcional

Estamos en plena campaña de fruta y verdura. Cada campaña es diferente y viene marcada por la meteorología. Este año el cielo favoreció a la agricultura ibicenca en junio. «Fue un mes muy bueno a nivel de precios. No teníamos más producto, pero los precios de mercado eran muy interesantes».

¿Por qué? El gerente de Agroeivissa, José Mayans, explica que la meteorología propició esta situación. En marzo y abril no se pudo sembrar debido a las lluvias. Todo lo que se había sembrado en febrero vino a cubrir las necesidades de un mercado que tenía escasez de producto.

Con la isla llenándose de turistas y los supermercados teniendo que cubrir los estantes de la frutería, aquellos agricultores que tenían producto hicieron su agosto en junio. «A alguno de nuestros productores le pudimos pagar lo que normalmente genera en casi un año», resalta.

Sin embargo se trató de algo excepcional que benefició a unos pocos. La siembra se trasladó al mes de mayo. Dos meses después llega la cosecha «y lo que nos encontramos es una sobreoferta. Ya no es cuestión que con un mejor precio se venda mejor. Aunque bajemos el precio no se vende más, el mercado está colapsado».

Bajada de precios en julio

Es por ello que predice que en los próximos días veremos caer el precio de la sandía, el melón y otros productos de verano. Mercados de origen en la Península están entre los 30 y los 35 céntimos el kilo, sin embargo en Ibiza siempre encontraremos un precio más elevado por el transporte.

El gerente menciona un informe en el que se indica que un 51% de las familias reducirá su gasto en compras ante las perspectivas de meses peores. Guerra de Ucrania e inflación han vuelto a la gente conservadora. Eso perjudica a un producto ibicenco inevitablemente más caro que no puede competir a nivel de precios.

Competencia de la Península

«Siempre vamos por encima en cuanto a precios. Cualquier productor profesional de la Península tiene una extensión de cultivo muchísimo más grande que la que tenemos aquí y esto influye mucho en el precio», explica Juan Antonio Prats, gerente de la Cooperativa de Sant Antoni.

La subida de costes para el agricultor es generalizada: los fitosanitarios han subido un 50%, los fertilizantes minerales nada menos que un 85%, los fertilizantes orgánicos un 25%, cereales y piensos un 65%. «Todo ha sufrido una subida, cada vez que nos llega un nuevo material tenemos que vigilar precios, porque los proveedores ya nos avisan de la tendencia».

La cooperativa ofrece a sus socios los precios más competitivos posibles en todos los suministros que necesitan, pero con incrementos tan elevados, aún en condiciones más ventajosas, el coste se ve muy afectado.

Una situación generalizada en todo el país, pero Prats recuerda que en Ibiza se ve agravada por el coste del transporte. Menor producción y mayor coste de insumos hacen que el payés de Ibiza, para poder competir, deba asumir un margen de beneficio muy limitado.

«Es una situación muy complicada. Restaurantes y vendedores nos piden que ajustemos precios, nosotros les explicamos que tenemos una subida de costes y ellos responden que también la sufren. Claro, parece que el que tenga que asumir el peso de la inflación es el payés, cuando tenemos una ley de cadena alimentaria que dice que estos encarecimientos deben recaer en el consumidor final», señala la gerente de Ecofeixes, Sonia Torres.

Bajada de beneficios

Sin embargo denuncia que esto sigue sin ser así. A pesar de la subida de precios en los supermercados, el agricultor sigue asumiendo buena parte de los elevados costes que tiene con la consecuente bajada de beneficios. «Para que te hagas una idea, el pienso ha subido un 50%, pero los huevos los vendemos sólo un 10% más caros», ejemplifica Torres, «así con todo». El incremento medio de los suministros de producción lo calcula en un 20%.

Esta cooperativa ecológica decidió hace meses incrementar el pago a sus productores en un 10% ante las subidas de la electricidad y los combustibles que ya apuntaban al panorama actual de precios. Sin embargo esta medida se ha quedado corta, dado el notable incremento de precios.

Los resultados de la cooperativa, apunta la gerente, dependerán de sus principales clientes. «Los restaurantes y hoteles pagan un poco más pero los vendedores ajustan más el precio. De ello dependerá que tengamos mejor o peor campaña».

La última reforma de la Ley de Turismo incluye la obligación de los hoteles de comprar al menos un 3% de sus productos de procedencia balear, un 4% para los hoteles de cuatro y cinco estrellas y hasta el 5% en el caso de agroturismos. El gerente de Agroeivissa valora que la medida da un pequeño impulso a los productores locales, pero recuerda que los hoteles siguen pagando a precio de mercado.

Los payeses se enfrentan al difícil equilibrio entre ofrecer precios competitivos y mantener un nivel de beneficios que les permita mantener la actividad profesional.