Yajaira Condorcet Sevilla y Laura Hinojosa Rojas a las puertas del edificio J de Can Misses.

Las cuatro protagonistas de esta historia lo tuvieron claro desde el principio: «No estaríamos en Ibiza si no fuera por la residencia para personal sanitario de Can Misses». Un pensamiento que comparten estas cuatro profesionales debido al encarecimiento de la vivienda en la isla, que provoca no poder pagar algo tan básico como un lugar donde dormir.

Uno de los relatos pertenece a la gallega Miriam Méndez, enfermera de Urgencias, la única que conocía de primera mano la grave problemática de la vivienda. «Es imposible encontrar un alojamiento en Ibiza que te compense para la temporada», subrayó mientras recorría el pasillo de su nueva casa en la isla. El blanco impoluto de estas paredes contrasta con el desgastado color ocre que envuelve la fachada del edificio antiguo del hospital Can Misses, reconvertido en una residencia para profesionales sanitarios. Este espacio alberga las salas habilitadas para los sanitarios de fuera de la isla, una construcción que contempla 37 habitaciones para dar respuesta a la demanda actual.

Primeras veces

Mientras que para esta sanitaria es su segunda aventura en la isla, puesto que el verano pasado trabajó en la Policlínica Nuestra Señora del Rosario, para sus tres ‘compañeras de piso’ es su estreno en el «paraíso». «Lo único que conocíamos de Ibiza es que era una isla paradisíaca. Incluso creíamos que aquí no se trabajaba», subrayó la médica Yajaira Condorcet Sevilla, de 27 años, entre risas. Mientras esta mujer señalaba cómo están siendo sus primeros días laborales en la isla, su compañera de faena asentía a sus palabras evidenciando un alto grado de cariño y complicidad.

No es para menos, la de Yajaira Condorcet Sevilla y Laura Hinojosa Rojas, ambas de Bolivia, es la historia de un reencuentro. Las dos estudiaron en Cochabamba, pero cuando terminaron su formación hicieron las maletas y probaron suerte en España; Yajaira en Barcelona y Laura en Madrid. No obstante, durante todos estos años, se han visto en reiteradas ocasiones. «No hemos querido perder el contacto. Por este motivo, cuando me enteré que aquí necesitaban a profesionales de refuerzo, enseguida se lo comenté a Laura», explicó Yajaira con una sonrisa.

Con la llegada de estas dos médicas, de las 37 habitaciones habilitadas, una treintena están ocupadas. Por categorías, según el Área de Salud y Formentera, hay 10 médicos, nueve técnicos en transporte sanitario del SAMU 061, cinco enfermeras, cuatro técnicos en cuidados de enfermería y dos técnicos de laboratorio. Asimismo, también explicaron que esta residencia ha permitido contratar a cerca de 200 profesionales de fuera de la isla desde su apertura en 2017. En el caso de estas dos médicas, llegaron a la residencia de forma temporal con un contrato de refuerzo estival.

No obstante, ambas han visto cómo esta vinculación laboral se extenderá hasta octubre de 2023. «Estamos muy contentas. Trabajar en Ibiza nos está ayudando a conocer nuestros límites. Estamos preparadas para asumir responsabilidades aquí», subrayó Yajaira en una de las salas del hospital Can Misses.

De momento, ambas médicas están trabajando en Atención Primaria en el centro de salud de Sant Antoni. Muy cerca de estas mujeres estaba la enfermera Clara Miguel Rodríguez, de 24 años. Esta joven vallisoletana terminó la carrera el año pasado y, según Clara, ha empalmado los estudios con el trabajo. «Me vine de un saliente de noche allí en mi ciudad y, al día siguiente, ya estaba trabajando en Can Misses», subrayó esta activa y aventurera enfermera.   

Convivencia

Según estas cuatro mujeres, la convivencia en la residencia para personal sanitario es muy tranquila. «No solemos coincidir en los espacios comunes debido a la carga de trabajo y al cambio de turnos», explicó Miriam Méndez en una de las salas vacías del alojamiento. En este sentido, Yajaira Condorcet explicó que prácticamente utilizan dichos espacios para dormir. «Vivir aquí es muy cómodo. Te pones el traje de Urgencias, tus zuecos y te vas directamente a trabajar por la mañana», subrayó    la enfermera Clara Miguel. Esta mujer, que está en la isla con un contrato de refuerzo estival, no descarta ampliar su estancia en la isla. No obstante, está viviendo esta oportunidad como una experiencia más en su vida.

En este sentido, según el Área de Salud de Ibiza y Formentera, la residencia es un recurso que permite ofrecer un lugar de llegada a profesionales de fuera de las islas que vienen con contratos largos para darles margen a la hora de buscar una vivienda.

«En teoría son cuatro meses los que pueden permanecer en la residencia hasta que encuentren un hogar, pero si necesitan más días pueden quedarse. Sabemos que encontrar aquí una vivienda es una tarea muy ardua», subrayaron. Según estas sanitarias, emigrar a la isla durante la temporada ha sido un «gran paso profesional» para ellas porque son conscientes de que la carga de trabajo aumenta exponencialmente en Ibiza durante la época estival.

En esta línea, Clara Miguel explicó que Urgencias es uno de los servicios más castigados y exigentes de Can Misses en verano.

«La sanidad pública está muy mal en todas partes. No obstante, en Madrid tenemos todas las tecnologías posibles y los servicios más especiales. Aquí las técnicas no están tan desarrolladas. Lo bueno es que trabajando aquí siempre vas a aprender cosas diferentes», puntualizó ilusionada la enfermera Miriam Méndez. Esta sanitaria, que nació en Galicia, lleva años trabajando en la UCI del hospital Gregorio Marañón de Madrid. «Trabajo todo el año. No tengo vacaciones. De momento soy joven y lo gestiono muy bien», explicó esta enfermera. Asimismo, Méndez explicó que su experiencia en Cuidados Intensivos le está ayudando a crecer más en Can Misses y a asumir más competencias en el servicio. Lo mismo les ocurre a Yajaira Condorcet y Laura Hinojosa. Ambas han pasado de trabajar en residencias, «con poco trato directo con enfermos», a estar diariamente con decenas de pacientes en el centro de salud de Sant Antoni.

«Felices»

Afirmaron sentirse muy felices con esta oportunidad laboral y con la posibilidad de poder estar cuatro meses en la residencia para médicos. «Antes de trasladarnos, como no éramos conscientes de la problemática de la vivienda, estuvimos buscando un alojamiento para ambas, pero los precios sobrepasaban los 2.000 euros mensuales. Nos asustamos, estuvimos muy cerca de no venir», explicó Yajaira Condorcet.

En este sentido, Laura Hinojosa señaló que, de momento, la residencia les aporta todo lo que necesitan. «Disponemos de todas las comodidades posibles para estos meses», subrayó. Asimismo, desde el Área de Salud de Ibiza y Formentera puntualizaron que estas instalaciones disponen de una zona común, de una nevera, un microondas y un hornillo. «A veces coincidimos y cenamos juntos. Cada uno viene de una ciudad. Hay gente de Murcia, de Sevilla e, incluso, de Argentina. Me gusta mucho conocer gente nueva. Está siendo una experiencia inolvidable», aseguró ilusionada la enfermera Clara Miguel.