Imagen de este miércoles por la tarde de tres taxis cargando clientes en la parada del puerto de Ibiza, que siempre tiene gente esperando. | Daniel Espinosa

El concejal de Movilidad de Vila, Aitor Morrás (UP), ha anunciado este miércoles que el Consistorio ha activado el sistema de sanciones para aquellos taxistas que rechacen realizar servicios de los considerados como «prioritarios». Se trata de trayectos de ida o vuelta a destinos como Can Misses o centros sanitarios, residencias y puerto y aeropuerto. «Son servicios que en verano han de ser prioritarios», advirtió Morrás, «y, si son rechazados por los taxistas, estos serán sancionados». Un mensaje que trasladó a los representantes del sector en una reunión de urgencia convocada ante la avalancha de quejas por parte de los usuarios.

El concejal explicó que ya se está tramitando la primera de estas sanciones que afectará, en concreto, a cinco taxistas por rechazar uno tras otro a un usuario que esperaba en el hospital de Can Misses. «El sistema asignó este servicio a un taxista», explicó Morrás, «y lo rechazó. Y así hasta cinco conductores. El cliente había reservado el taxi con dos horas de antelación. Esto no puede suceder».

Este control del Consistorio hacia los taxistas es posible gracias a la implantación del servicio del GPS y el acceso al mismo de los técnicos municipales. Cada 15 días, se revisan los servicios prestados y los rechazados. Y serán estos últimos los que se sancionarán a partir de ahora. Dado que en Vila pueden operar también taxistas de otros municipios, Morrás pidió ayer al resto de consistorios «colaboración» para implantar un sistema similar que permita también sancionar a los conductores que rechacen servicios en toda la isla. «Nosotros no podemos sancionarles cuando rechazan servicios en Vila», señaló Morrás, «y hace falta que los otros ayuntamientos colaboren. Hay que perder el miedo».

Quejas de taxistas

En el encuentro, el concejal atendió también las quejas de los taxistas. Quejas referentes sobre todo a los problemas que están teniendo con los servicios relacionados con hoteles del municipio. En este sentido, el presidente de la Asociación de Taxistas Autónomos de Vila, Alejandro Cardell, explicó que los taxistas están preocupados por el alto número de clientes de hoteles que piden un servicio de taxi y después «se van o no esperan en el hotel». Algo que ha provocado que algunos conductores rechacen estos servicios en las últimas semanas.

Un momento d ela reunión de este miércoles entre el concejal y representantes de las asociaciones.
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Ante esta situación, Aitor Morrás ofreció a los taxistas actuar de «intermediario» con los hoteles con el objetivo de que estos establecimientos acepten algunas sugerencias de los taxistas para evitar esta situaciones. Así, entre otras cuestiones, se plantea la posibilidad de que los clientes esperen en la recepción hasta que el taxista avise telefónicamente de que ya está llegando. «Es un círculo vicioso», explicó Morrás, «porque el taxista decide no ir y el que está en recepción le dice al cliente que coja el primer taxi que pase».

Otro de los puntos calientes esta temporada por culpa de la falta de taxis es la parada de es Botafoc, que registra problemas sobre todo con la llegada de cruceros. Sobre esta cuestión, Morrás pidió a los taxistas «atender estos servicios en la medida de lo posible». Pero el concejal también dejó claro que el problema de fondo es «pretender que toda la movilidad terrestre se lo juegue todo con el taxi». El concejal señaló que «es imposible mover a todo el volumen de gente que hay en Ibiza en verano solo con los taxis». Por ello, puso sobre la mesa la necesidad de que se busquen soluciones como que el Consell de Ibiza «aumente las frecuencias del transporte público colectivo». Y es que, tal y como denunció el pasado martes la presidenta de la Federación Empresarial Hotelera, Ana Gordillo, este año se han reducido las frecuencias en líneas como la que une Sant Antoni con el aeropuerto a pesar de que ya se preveía hace meses que la afluencia de visitantes a la isla sería elevada este verano.

Sobre cómo podrá cambiar el panorama en 2023, con la entrada en funcionamiento de centenares de licencias de VTC en Ibiza, Aitor Morrás advirtió de que «el servicio de transporte público no puede ser sustituido por el transporte privado». Una alternativa que, aseguró, «va en detrimento de las condiciones laborales de los trabajadores y del servicio al usuario». Morrás recordó que sistemas como los de Uber o Cabify «no son tan bonitos como dicen» pues «en momentos de alta demanda, un viaje que en taxi te cuesta 15 euros, con ellos te puede salir por 120». «Ha de haber un transporte público colectivo y un sector del taxi que puedan dar todos los servicios», concluyó el concejal.

Los taxistas, finalmente, reclamaron a Morrás cancelar el sistema de libranzas fijado por el Consistorio. Algo que el concejal rechazó. «Todo el mundo sufre el verano como puede», concluyó Alejandro Cardell, «intentaremos dar mejor servicio pero colas hay ahora mismo en todos los lados».