Imagen de archivo de la Guardia Civil. | Archivo

Sin agua y encerrado en un coche con las ventanillas completamente cerradas y con una temperatura exterior de 28 grados. Este fue el escenario que se encontró una patrulla de la Guardia Civil que la madrugada del martes liberó a un perro que estaba abandonado a su suerte en el interior de un vehículo aparcado en Portinatx, en Sant Joan. La dueña del can se personó horas después en el puesto de Santa Eulària y alegó que se fue a descansar al hotel y se olvidó de su mascota.

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Según informaron ayer desde la Oficina Periférica de Comunicación (OPC) de la Guardia Civil, el animal se encontraba muy débil, estaba al borde de la hipotermia y asfixia. Ante esta tesitura, los agentes decidieron fracturar el cristal de la ventanilla del vehículo y, «automáticamente, el perro se lanzó hacia los guardias civiles para que lo sacaran del interior». Los agentes se habían desplazado tras ser alertados de los hechos.

Una vez liberado, el animal fue entregado a la unidad de Centro de Acogida de Animales Can Dog, que se había desplazado hasta el lugar. Los agentes informaron a la dueña del can que estaba investigada como presunta autora de un delito de maltrato animal.