El día grande de Cala Llonga se ha celebrado durante el día de este lunes con toda normalidad, pese a la intensa ola de calor que azota estos días la isla. De hecho, este lunes se superaron los 34 grados.

De esta manera, la misa de las 12.30 en honor a la patrona, que se celebró en la capilla descubierta, diseñada por el arquitecto Elías Torres, dio el pistoletazo de salida al día grande de Cala Llonga. El azote climático no fue capaz de disuadir al cerca de centenar de personas que asistieron a la misa y después se sumaron a una pequeña procesión.

No faltaron a la cita las motos antiguas que se exibieron durante el día frente al gastro café S’Aroma.

Carros y ‘ball pagès’


Sin embargo, el momento estrella de la jornada, tal como ha venido siendo tradicionalmente, fue la llegada del desfile de carros engalados.

Una decena de carros desfilaron hasta la playa para volver hasta la fuente, cargados de payeses y payesas con sus trajes y vestidos, modernos y tradicionales. Como merece la celebración de la patrona de Cala Llonga. Tres fueron las vueltas que dieron, a son de flaüta y castanyola, y con algún uc, congregando cada vez a más curiosos.

Desfile que culminó con la también tradicional ballada payesa en la fuente de Cala Llonga a cargo de la Colla de l’Horta de Jesús, que congregó a numeroso público, entre vecinos y turistas curiosos que pudieron vivir de primera mano la cultura ibicenca.

El colofón final de la fiesta corrió a cargo del gran concierto que ofrecieron Swing Tonic y Lenox Lounge. El intenso calor, amainado tras la puesta de sol, no impidió mover el cuerpo en la playa al numeroso público que se acercó a celebrar el día grande de Cala Llonga. Entre el público, de todas las nacionalidades, una de las veteranas de Cala Llonga, Maria de Can Jordi, comentaba con sus acompañantes la corta edad de algunos de los balladors, «así da gusto. Hay balladors para años».