Un trabajador de Can Rich recoge un racimo. | Irene Arango

A diferencia de muchos puntos de la Península, la climatología no ha adelantado la vendimia en Ibiza. Los trabajadores de Can Rich empezaron a cosechar la uva blanca el 1 de agosto, mientras que en los terrenos de Ibizkus iniciaron la vendimia la semana pasada.

Las lluvias de primavera sirvieron para mantener las reservas hídricas, lo que ha propiciado que el inicio de la vendimia sea en las fechas habituales.

Eso sí, en ambos casos advierten que tendrán que ser rápidos en la recogida. Las altas temperaturas de la última ola de calor han acelerado la maduración de todas las variedades de uva, lo que hace que las más tardías, que se recogían casi a principios de septiembre,    este año no vayan a llegar a la última semana de agosto colgadas de la parra.

Can Rich

Para bodega Can Rich, la vendimia empezó a principios de agosto en la finca de Can Llaudis donde recogen la uva malvasía para hacer espumoso. Después toca vendimiar en los terrenos que rodean la bodega de Can Rich, «siempre después de Santa María, este año fue el 8 de agosto», concreta Stella González, dueña de la bodega junto a Joan Riera, su marido.

«Será una vendimia de poca cantidad, pero de excelente calidad», augura. De hecho, su previsión es recoger este año la mitad de uva tinta que el año pasado, mientras que la cosecha de uva blanca se ha reducido en un 30%.

Un trabajador entre las viñas de la bodega ecológica de Can Rich.

Entre los motivos del importante descenso, la voracidad de las palomas torcaces, que siguen suponiendo un problema para los cultivos de vid desde que la uva madura, «igual que lo son antes para otros frutales y después para la aceituna».

Este año, Stella dice que han repetido la contratación de halconeros para evitar que las palomas se acercasen a los cultivos, pero la gran cantidad de estas aves hace que sea muy complicado su control.

Las altas temperaturas de la semana pasada han obligado a recoger toda la uva del tirón. «Las variedades más tardías han madurado antes y ha unificado todo el proceso. No hemos tenido parones entre la recogida de una variedad de uva y otra como suele pasar».

Las lluvias de los meses de marzo y abril dice que hicieron bien a la vid, pero al mismo tiempo el exceso de humedad puede ser un problema. «Tratamos en primavera el campo de forma muy exhaustiva, porque la lluvia es el caldo de cultivo para los hongos. Con estos trabajos conseguimos una uva en un estado óptimo.

Ibizkus

Apenas acaban de empezar en Ibizkus a recoger la uva de los 64 terrenos que tienen repartidos por toda la isla.

Su director comercial, Henrik Smith, apunta también a lo inusual de la meteorología como aspecto determinante en la cosecha de este año.

Un trabajador de Ibizkus.

«Los 280 mm de agua que cayeron en marzo y abril fueron algo muy raro, es más de la mitad de las precipitaciones que solemos tener todo el año. Pero desde mayo sufrimos mucho calor por la noche. De día el calor no es problema, pero a la uva le gusta tener un respiro por la noche».

Como consecuencia de esto considera que la vendimia será rápida, porque casi todas las variedades han madurado, y «habrá una uva más pequeña de lo habitual pero con racimos más o menos iguales». La calidad, con este calor, no duda que será «muy buena».

Por delante queda mucha tarea para los trabajadores de Ibizkus. Gran parte de sus viñas son de cepas antiguas cultivadas en vaso y no en espaldera. Se deja crecer a la parra sin guiarla, lo que hace más sostenible el cultivo pero más trabajosa la cosecha, que se debe hacer a mano.

«Nuestro problema principal son las torcaces», apunta. Para solucionarlo han instalado redes en varias de las parcelas para evitar que las aves puedan acceder al fruto, pero la perdida en las demás parcelas sigue siendo importante.