Trabajos de contención de los restos del yate hundido. | IA

«No había una decisión buena. Se toma la menos mala. Donde se hubiera hundido habría provocado los mismos restos». De esta forma ha justificado este jueves el delegado insular de la administración del Estado, Enrique Sánchez, la decisión de los expertos de Salvamento Marítimo de trasladar el yate Aria SF desde Cala Saona, en Formentera, hasta la zona de Cap Martinet, frente al litoral de Santa Eulària, donde finalmente se hundió.

Según relató Sánchez, tras activarse el protocolo por el incendio de la embarcación «la prioridad era salvar vidas», por lo que se movilizaron las dos embarcaciones de Salvamento Marítimo, además del servicio marítimo de la Guardia Civil. Una vez rescatadas las 16 personas que había a bordo, la prioridad pasó a ser evitar que el fuego se extendiera a otras embarcaciones. «Los materiales podían provocar deflagraciones», indicó el representante del Gobierno en las Pitiusas, por lo que se optó por trasladar la embarcación todavía en llamas hasta el puerto de Ibiza para evitar su hundimiento.

Sánchez, durante su comparecencia este jueves ante los medios de comunicación.

Sin embargo, al ver que todavía no se habían extinguido las llamas al arribar a la mayor de las Pitiusas, se optó por no acceder al puerto por el peligro que conllevaba. «Se decide dejar el yate en una zona cercana hasta que se extinguiera el fuego», relató Sánchez. Sin embargo, empezó a hacer mala mar «y cada vez entraba más agua al barco», por lo que los expertos decidieron llevarlo a una zona donde fuera más fácil y segura su descontaminación en caso de hundimiento, que fue lo que finalmente sucedió, por lo que el yate yace ahora a una profundidad de 15 metros. «Dados los graves daños sufridos por el Aria SF, y debido a la entrada accidental de agua provocada por la marejadilla meteorológica y el oleaje de las embarcaciones que navegaban en las proximidades, el yate acabó hundiéndose», explica el informe de Salvamento Marítimo, «quedando a flote restos de material quemado, que fueron recogidos, casi en su totalidad, por las embarcaciones movilizadas en el lugar».

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Enrique Sánchez recalcó que «se ha hecho un trabajo profesional, diligente y rápido» e insistió en que la empresa que se encarga de la descontaminación del pecio, Ardentia, «es de reconocida solvencia y de bastante prestigio». Asimismo, señaló que los trabajos, en los que participan 14 personas de la empresa, además de otras embarcaciones y sus tripulaciones, están siendo supervisados y controlados por Salvamento Marítimo, Capitanía Marítima y Guardia Civil y avanzó que, hasta el momento, se han extraído 10.000 litros de combustible de dos tanques y que, durante la jornada de ayer, se iba a proceder a la extracción del gasoil de un tercer tanque, el más grande del yate. En este sentido avanzó que, según las previsiones de la empresa encargada de la descontaminación del pecio, los trabajos finalizarían a lo largo de esta misma semana.

Plan de reflotación

El director insular de la Administración del Estado manifestó a su vez que la empresa se encuentra en estos momentos elaborando un plan para reflotar el barco y trasladarlo a la Península, por lo que, hasta que no esté terminado, no se conocerán los plazos previstos para su retirada.

Sánchez hizo hincapié en que el único motivo por el que se trasladó el barco incendiado a la zona de Cap Martinet era la operatividad y la seguridad y recordó que casi toda la zona entre Cala Saona y el lugar donde finalmente se hundió el yate «es zona protegida». También recalcó que el Ayuntamiento de Santa Eulària estuvo en contacto con Capitanía Marítima en todo momento, por lo que aseguró no entender las declaraciones realizadas por la alcaldesa del municipio en las que aseguraba que nadie le había informado del desarrollo de los acontecimientos con el Aria SF.

Subrayó a su vez de que, hasta el momento, no ha habido constancia alguna de que restos de la embarcación hayan llegado a otras playas de la isla además de la de s’Estanyol. También reconoció que el pequeño temporal que azotó las Pitiusas en la madrugada del jueves ha sido beneficioso para minimizar las consecuencias del accidente, ya que sirvió para alejar los restos de la costa.