Los vecinos no tienen balcón para colgar la ropa, que debe ponerse a la vista de los vecinos en los rellanos. | Mohamed Chendri

El conseller de Habitatge, Josep Marí Ribas ‘Agustinet’, publicó este viernes un post en las redes sociales en las que aseveraba que las viviendas del Ibavi de la calle Xarch de Vila están 100 por 100 acabadas ya que «disponen de final de obra aprobado por los servicios técnicos».

Sin embargo, ‘Agustinet’ sí admitió que se habían detectado deficiencias, «ninguna de las cuales impiden hace uso de las viviendas». El día anterior desde la propia Conselleria negaban tener constancia de las deficiencias denunciadas por los inquilinos.

«Es un edificio con máxima categoría de eficiencia energética, construido con aislantes de calidad y un diseño que permite un importante ahorro económico», defendía ‘Agustinet’.

La versión del conseller de Habitatge dista mucho de la manifestada por los propios vecinos, que se muestran decepcionados por el estado de los inmuebles entregados hace un mes por el Govern en un acto en el que estuvieron presentes la presidenta Armengol, el propio conseller y el alcalde de Vila, Rafa Ruiz.

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Una de las vecinas denunció que la vivienda que ha recibido en régimen de alquiler no tiene ni un pequeño balcón para colgar la ropa. El tendedero ha tenido que instalarse en el rellano a la vista del resto de vecinos.

Esta misma vecina, en declaraciones a este periódico, cuestionaba el mal estado de algunos acabados, con puertas «hechas polvo y, la que no me arrastra, está manchada. Además, no hay ni un armario en toda la casa y los marcos de las ventanas están ya hinchados por abajo. El piso está bien, pero te lo entregan vacío».

«Nos dijeron que iban a cambiar las puertas. Ha pasado un mes desde que nos dieron las llaves y nada. Soy exigente porque voy a pagar y no me van a regalar nada y, por tanto, quiero mis cosas en condiciones», insistió

También reconoce que le sorprenden algunas prohibiciones reflejadas por contrato, como no poder instalar en las viviendas aparatos de aire acondicionado e incluso colgar cuadros en las paredes. «Hay algunos puntos en los que el Ibavi se pasa un poco. Hay personas mayores en el edificio y en las casas llegamos a unas temperaturas con las que no se puede estar», explicó.

Lorena, otra de las inquilinas de las VPO de la calle Xarc, recuerda también cómo tuvieron que desmontar protecciones y otros elementos del lavavajillas para que el electrodoméstico encajara en el espacio reservado en la cocina.