Un agricultor vuelca sus algarrobas en la nave de la Cooperativa Agrícola. | Daniel Espinosa

La Cooperativa Agrícola de Sant Antoni ha cerrado este jueves la primera jornada de su campaña de compra de algarroba de Ibiza con la adquisición de, aproximadamente, 16 toneladas de este fruto. Así lo ha confirmado este jueves el gerente de la cooperativa, Juan Antonio Prats, que indicó que, pese a que con sólo una jornada de campaña las cifras «no son muy significativas», si que destacó que «hay diferencias con respecto al año pasado» y que la cosecha este año «será menor».

Esto es, según explicó, porque los algarrobos suelen alternar años de mucha producción con otros en los que producen menos, «y este año les ha tocado producir poco», matizó.

A lo largo de la jornada de este jueves numerosos agricultores de la isla han ido llegando con sus remolques a la sede de la Cooperativa Agrícola de Sant Antoni para proceder a la venta de su producto. Durante la mañana tan sólo fueron algo más de una docena, aunque la afluencia se fue animando mientras iba transcurriendo la tarde. «El primer día de campaña habitualmente venía muchísima gente», recordó Prats, «pero se ve que con los años han escarmentado y ya van viniendo de forma más escalonada. No han venido todos el primer día y se agradece».

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En este sentido, subrayó que la campaña, como todas las temporadas, comienza el 1 de septiembre, «y habitualmente se concentran todas las compras en este mes y octubre», quedando noviembre como un mes más residual. «Hay gente que coge la algarroba, la guarda en un almacén y, el día que no tiene nada que hacer, la trae», relató el gerente de la Cooperativa Agrícola de Sant Antoni.

Y si este año la producción va a ser bastante inferior a la del año pasado debido al propio ciclo de los algarrobos, todo lo contrario sucede con el precio de la algarroba, que ha sufrido un incremento de casi el 30% al pasar de 0,85 céntimos el kilo en 2021 a 1,20 euros esta campaña. Esta subida, según Prats, se debe básicamente a que la pulpa de este fruto, que se denomina garroví, ha incrementado su precio, «y si sube su coste, sube también el precio de la algarroba». Hay que recordar que el garroví se usa, entre otras cosas, para la elaboración del conocido espesante E-410.

El aumento de valor de la algarroba ha provocado, a su vez, que se incremente el número de robos de este producto en las fincas ibicencas. Para evitar la comercialización de las algarrobas robadas, la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación actualizó el protocolo de actuación contra los robos y ahora incluye la obligación de cumplimentar diferentes trámites y documentos, tales como un certificado que debe expedir cada una de las delegaciones comarcales para cada uno de los titulares de las explotaciones con este cultivo.

En el documento aparecerán todas las parcelas existentes y deberá estar firmado por la propia delegación y la persona que recoge la algarroba en nombre del titular. También se establece un contrato alimentario que se aplica a partir de una operación de más de 1.000 euros y que, en el caso de la Cooperativa Agrícola de Sant Antoni, deben suscribirlo los que no sean socios.