Héctor y Toni tras su primera jornada en el ‘cole de mayores’. | Toni Planells

Decenas de madres, algunos padres y también algún abuelo esperaban, minutos antes de las 14h, la salida de sus hijos en el primer día de cole en el CEIP Es Vedrà. Allí unas banderolas daban la bienvenida al alumnado que se incorporaba ayer al curso.

Martín fue uno de esos alumnos y, a la salida de la jornada, le esperaban su hermana pequeña, Daniela, y sus padres. Daniela había salido media hora antes de su primer día de adaptación en P4. Una primera jornada escolar de tan solo 45 minutos que su madre, Ester, aprovechó para charlar con otras madres a la puerta del colegio. Sandra era una de ellas, en su caso aguardaba la salida de Lucía, que también estrenaba ayer su primera jornada escolar en P4.

Ilusión y Tetris

«Daniela estaba ayer muy ilusionada, pero hoy se ha echado un poco atrás», explicaba Ester, que, al igual que Sandra, reconocía que está «muy contenta» con la vuelta al cole. Las dos madres también agradecían que «el colegio ha respetado los grupos que había formados en la escoleta de Es Vedranell», tal como apuntaba Sandra, de manera que «ya conocen a sus compañeras, de manera que es menos duro el cambio».

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Ambas madres, Ester y Sandra, conversaban sobre la dificultad de organizar los tiempos a la hora de apuntar a sus hijas a las clases extra escolares. «Es peor que hacer un Tetris para organizar la nueva rutina. Además estamos pendientes de la respuesta del Ayuntamiento para las plazas. Cuando tienes dos hijos es todavía peor», declaraba Ester, mientras Sandra se resignaba con su nueva actividad, «ahora tendré que hacer de taxista todo el día».

Paqui y Mar también esperaban a sus respectivos hijos, Héctor y Toni, a la puerta del CEIP Es Vedrà. Los pequeños estrenaron ayer lo que ellos llaman «el cole de mayores», primero de primaria. «Ahora que van al patio de los grandes se sienten más mayores», explicaba Paqui. Mar no tenía claro quién estaba más emocionado con el inicio del nuevo curso, si los niños o ellas mismas, «están muy emocionados, tienen muchas ganas de conocer a la nueva profesora y hacer asignaturas nuevas, como los mayores». Paqui también explicaba que su hijo, Toni, «al preparar la mochila para empezar el cole, me preguntó si echaba la mascarilla. Cuando le dije que no se alegró mucho».

Madres, padres y abuelos

No solo había madres a la puerta del colegio. Entre algunos padres que acudieron a la salida del primer día de clase de sus hijos, también algún abuelo aguardaba el fin de la primera jornada del curso de su nieto. Este era el caso de Tino, que esperaba a uno de sus nietos, Alfonso, a la puerta del colegio. «Yo, que a mis hijos no les cambié nunca un pañal, ahora, con mis nietos, estoy trabajando más que cuando trabajaba».