Los hábitos de compra están cambiando a causa de la inflación, que se nota más en Ibiza por la insularidad. | Daniel Espinosa

La inflación continúa apretando a las familias de Ibiza al final de las vacaciones y «no les salen las cuenta» cada vez que van a comprar al supermercado. Una cuesta de septiembre que, con la subida de precios generalizada y los gastos de la vuelta al cole, este año está siendo más empinada que nunca en la mayoría de los hogares ibicencos.

«La cesta de la compra cada vez cuesta más y pesa menos. No he comprado nada de carne ni de pescado y todo esto me ha costado 80 euros», destacó la vecina Romina Rubio al mismo tiempo que señalaba el carro de la compra lleno de bolsas de plástico.

En este sentido, destacó que la inflación está afectando mucho a la economía doméstica, especialmente a una cesta de la compra que lleva varios meses encadenando subidas difíciles de afrontar, y más si eres familia numerosa. «Nosotros somos cuatro en casa y la comida vuela. Suelo venir al supermercado una vez a la semana como mínimo», destacó esta ibicenca haciendo hincapié en que ahora se tiene que gastar el doble cada vez que quiere llenar su nevera.

Además, esta risueña vecina subrayó que ahora se intenta aprovechar mucho más de las ofertas y promociones que hay en los supermercados como el 2x1. «No solo soy más consciente de estos carteles sino que también intento planificar el menú de la semana antes de venir», puntualizó a las puertas del establecimiento. Sin ir más lejos, señaló que se ha llegado a gastar cinco euros en una botella de aceite. «¡Era de girasol, no de oliva! ¿Cómo puede ser?», cuestionó indignada.

Agujero negro

Sin duda, el precio de los alimentos es un gran agujero negro que se abre en la economía doméstica de cada hogar ibicenco. Una situación de escalada que se reflejó en las cifras publicadas este pasado martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Según estos datos, el Índice de Precios de Consumo (IPC) ha aumentado cuatro décimas en Baleares, situando su tasa anual en el 10,7% en agosto. Con esta subida, la inflación en Ibiza está dos décimas por encima de la media nacional.

De este incremento del IPC en Baleares, el 13,2 % corresponde a los alimentos y bebidas no alcohólicas. Respecto al mismo periodo del año pasado, destacan las subidas de los precios de la leche, los quesos, los huevos, el pan, los cereales y, especialmente, la carne. Una subida generalizada que ha llevado al ibicenco Salvador Martín a reducir su compra semanal. «Antes me gastaba 50 euros cada vez que venía al supermercado. Ahora, comprando los mismos productos, pago 70 euros», puntualizó mientras abría sutilmente las bolsas de plástico.

Salvador no entiende cómo sin haber realizado una compra abultada, en la que reina los productos de limpieza, ha podido gastarse más de 30 euros. «Apenas he comprado comida. Solo pan y bollería», apuntó con recelo e indignación.

Carne y pescado

Sin duda, la carne y el pescado lideran la subida de precios en la cesta de la compra y más si son productos frescos.

Este coste se ha disparado tanto que cada vez cuesta más encontrar carros que contengan dentro de sus bolsas estos alimentos frescos. De esta situación es muy consciente la vecina Ana Cristin. Esta ibicenca explicó que siempre intenta buscar establecimientos con precios más asequibles porque en su casa suelen hacer la compra tres veces a la semana, pese a la subida de los precios. En este sentido, reconoce que más de una vez se ha tenido que gastar más de 90 euros en una misma visita al supermercado. En su última compra, Ana Cristin portaba carne, huevos, pan y legumbres. «Lo que llevo ya me va a costar más de 40 euros», puntualizó. Una cifra que, según la dependienta del Hipercentro de Sant Jordi Laura González, suele ser aquí la media de gasto en una sola compra. En el pasillo contiguo del establecimiento estaba Mariano Riera, un vecino del pueblo que reconoce no estar preocupado con la subida de precios.

«No me suelo fijar en las etiquetas, compro lo que me gusta», señaló al mismo tiempo que empujaba el pequeño carro del local. Asimismo, explicó que, según lo que quiera cocinar, acude a un supermercado u otro.

«La carne es mejor en unos establecimientos y el pescado en otros. Intento comprar lo que necesito en cada momento , subrayó. Señaló que acababa de comprar carne fresca en este supermercado con la intención de hacer un cachopo por la noche. No obstante, Mariano Riera sí reconoce que de continuar esta escalada sin parangón tendrá que abrocharse más el cinturón.

Sin duda, una de las posibles opciones que tienen los ciudadanos si quieren hacer frente a esta imparable inflación.