Alfred Wallner: una vida familiar en Etiopía plasmada en una decena de novelas

Nacido en Austria en 1942 su relación con este pequeño país del Cuerno de África y su capital Addis Abeba comenzó cuando él tenía 7 años y su padre decidió marcharse a trabajar allí animado por un tío suyo que era judío. Dos años después se marchó él junto a su hermana pequeña y allí descubrió un mundo nuevo gracias a que su padre fue durante cinco años el único médico de la región de Bolo, casi tan grande como España, llegando a trabajar en un hospital repleto de barracas que aún sigue en pie.

Además, gracias a su trabajo el padre de Alfred conoció personalmente al emperador Haile Selassie llegando incluso a ser un gran amigo de su príncipe heredero, Zera Yacob Amha Selassie, y su mujer, con quien compartía su afición a la pintura al óleo.

Unos años en los que el veterano escritor estudió en distintos colegios del país, llegó a aprender hasta siete idiomas distintos, desarrolló una gran afición por la historia y las leyendas del país y de los que aún guarda en su memoria numerosos recuerdos y anécdotas que cuenta de manera clara y nítida.

«Jamás se me olvidará cuando mi padre me llevaba a los partos donde estaban las mujeres con la    parturienta y cuando nacía el bebe se cortaba el cuello de un pollo para echarle la sangre encima o como un día nos amenazaron con unos fusiles en una zona junto a un río sin que afortunadamente nos pasara nada cuando vieron el Volkswagen de mi padre con la cruz roja».

Escultor y escritor

Posteriormente, su vida ha sido igual de atractiva. Empezó a estudiar medicina en la ciudad italiana de Parma, se casó siendo muy joven y tras estudiar literatura francesa ejerció como profesor de idiomas modernos durante cinco años en las ciudades inglesas de Ewell y Brighton.

En 1962 su padre llegó a Ibiza después de que durante su estancia en Addis Abeba un médico catalán le hablara de la isla. Aquí compró unos terrenos de unos 15.000 metros cuadrados con vistas al mar y la bahía de Sant Antoni donde construyeron un complejo de bungalows bajo el nombre de Vistabella que recientemente han vendido. Fue en aquellos años, tras crear una empresa de construcción, cuando comenzó a ser escultor de madera cosechando un gran éxito y realizando numerosas exposiciones en Suiza.

Ha sido durante los últimos años en Ibiza donde ha comenzado a escribir traduciendo primero en 2011 un relato real de su padre, Three Months in a Gestapo Prison, (Tres Meses en una Prisión de la Gestapo) y una larguísima crónica sobre su familia que se remonta hasta 1830.

Hace más de diez años debutó en la novela con la primera parte de Makeda’s ring. Se trata de un ambicioso proyecto que está concebido como una tetralogía compuesto de cuatro libros que muy cerca verá su fin. En ella aparecen shiftas o bandidos, hienas devorando hombres, mujeres y niños, sheitans o demonios o malolientes en un texto que él mismo definió este viernes a Periódico de Ibiza y Formentera como una novela que no tiene nada de género fantástico. «Se trata de una historia de amor y aventura ambientada en Etiopía en 1949 y 1950 que cuenta con magníficas descripciones del país, su comida, sus mujeres, sus tradiciones y leyendas como la de la reina Makeda, la Reina Saba de Etiopía, que no se sabe donde está enterrada ».

Tras ello, el prolífico escritor austriaco no ha parado y ha creado una novela para jóvenes, Moosh Moosh, the easter rabbit of Isfahan, ambientada en la Persia de Ciro el grande, y otras cinco novelas medio acabadas, incluyendo una historia de amor, traición, odio y manipulación política ambientada en la Ibiza de los años 70, y que ha titulado See ibiza and then you can die.