La entrega del cheque simbólico tuvo lugar el viernes por la mañana en Bam-Bu-Ku Ibiza. | Daniel Espinosa

El restaurante Bam-bu-ku de Sant Antoni ha conseguido recaudar 5.037 euros para Cáritas Sant Antoni gracias a la fiesta The last dance que organizó el pasado 30 de agosto en sus instalaciones.

Este viernes por la mañana se llevó a cabo el acto de entrega del cheque con la cantidad con la presencia de distintos responsables del restaurante y el responsable de la entidad católica en la Villa de Portmany, Antonio Mohedas.

Estos más de 5.000 euros son el resultado de todo lo que se consiguió con la venta de las entradas que costaban 10 euros y de parte de las consumiciones del numeroso público que acudió a esta fiesta cuyo gran protagonista fue el joven dj de apenas 16 años Harry MC, llegado desde la ciudad inglesa de Liverpool para convertirse en el residente de su propia fiesta en Bam-bu-ku bajo el nombre de El Kiddo.

«Importante aportación»

Se trata de un dinero que viene muy bien a Cáritas Sant Antoni ya que como confirmó el día de la fiesta el propio Mohedas a Periódico de Ibiza y Formentera actualmente «cualquier ayuda es buena para intentar mantener sus actividades en el municipio ya que las aportaciones por parte de los ayuntamiento de Sant Antoni y de Sant Josep solo cubren el 15 o el 20% de lo que se necesita».

Concretamente, y por poner cifras a la situación, Mohedas concretó que el consistorio portmanyí aporta 15.000 euros y el josepín 10.000 cuando lo que se necesitan son 80.000 euros y que por ello «son fundamentales las donaciones o las iniciativas de empresas privadas del municipio como esta que ha decidido poner en marcha Bam-bu-ku».

Por ello, «teniendo en cuenta que buena parte de los ingresos vienen de lo que se vende en la tienda solidaria de la calle Lepanto y que apenas llega a los 1.000 euros», el dinero que se recaude con esta fiesta se destinará fundamentalmente «a pagar el alquiler mensual de la sede que asciende a más de 2.000 euros, al sueldo de la única persona que está contratada y que es la trabajadora social y al pago de una serie de gastos fijos como luz, agua o gas».

Además, Mohedas llamó la atención sobre el drama de las personas que acuden a Cáritas. No en vano, aseguró que anualmente se atienden a unas 350 familias, «una cantidad que es menor a los primeros meses de pandemia cuando la situación fue totalmente insostenible» pero que, desgraciadamente, «estamos seguros que aumentará cuando acabe el verano y muchos de los puestos de trabajo desaparezcan».